Si has llegado hasta aquí es porque posiblemente acabes de ser mamá, así que ¡felicidades! Pero probablemente también es porque estás buscando información sobre el puerperio, también conocido como el postparto o cuarentena. Te adelantamos que es un periodo lleno de cambios físicos, emocionales y hormonales que empieza justo después del parto. Durante esta etapa, el cuerpo de la madre experimenta una transformación importante mientras se recupera del embarazo y el parto, al mismo tiempo que se ajusta a las nuevas demandas de la maternidad.

En este artículo te ayudaremos a comprender qué es el puerperio, cómo se divide en etapas y qué cambios físicos y emocionales puedes esperar en cada una de ellas, para que enfrentes este proceso con más tranquilidad y conocimiento. ¿Preparada? ¡Empezamos!

¿Qué es el puerperio?

Para poder entenderlo todo mejor, empecemos explicando qué es el puerperio: el periodo de tiempo que sigue inmediatamente al parto, durante el cual el cuerpo de la madre empieza a recuperarse. Después de 9 meses de gestación en el que nuestro cuerpo ha cambiado completamente (y nosotras también, claro), el puerperio implica una serie de cambios fisiológicos y hormonales destinados a volver a un estado similar al previo al embarazo. Durante este tiempo, el útero reduce su tamaño, los órganos vuelven a su lugar original y las hormonas se equilibran. 

Pero esto no se recupera de un día para otro como por arte de magia. Este proceso no es un proceso instantáneo, y aunque muchos creen que dura solo unas pocas semanas, la realidad es que el puerperio puede prolongarse varios meses (incluso un año). Como siempre, cada cuerpo es un mundo. Por eso, es importante que las mujeres nos demos el tiempo necesario para transformarnos física y emocionalmente y, sobre todo, que busquemos apoyo si lo necesitamos.

Etapas del puerperio

El puerperio se divide en tres etapas principales, cada una con características particulares en cuanto a los cambios físicos y emocionales que se experimentan:

1. Puerperio inmediato (primeras 24 horas)

Este es el periodo justo después del parto, en el que el cuerpo de la madre empieza su recuperación. Es un momento crucial para el cuidado del recién nacido, así como para la madre, quien podría experimentar cansancio extremo, dolor en el área vaginal (si fue parto vaginal) o dolor en la cicatriz (si fue cesárea).

Los principales cambios en esta etapa incluyen:

– Contracciones uterinas: También conocidas como entuertos, estas contracciones ayudan al útero a reducir su tamaño y evitar hemorragias. Aunque pueden ser incómodas, son esenciales para el proceso de recuperación. ¡Así que bienvenidas sean! 

Y te vamos a dar un dato curioso: ¿Sabías que los entuertos son más perceptibles a medida que se van teniendo más hijos? Esto es porque el útero está más distendido. Así que si eres mamá primeriza quizás no sientas con tanta fuerza e intensidad estas contracciones (o sí). En este post profundizamos sobre ellas, así que te recomendamos que eches un vistazo si quieres más información al respecto: “Qué es el entuerto postparto o o contracciones después del parto y cómo aliviarlo”. 

– Inicio de la lactancia: La mayoría de las madres empezarán a producir calostro, una sustancia rica en nutrientes y anticuerpos que es vital para el bebé. En el post, “Lactancia materna: Todo lo que debes saber” explicamos los beneficios de la lactancia, las mejores posturas para dar el pecho e, incluso, repasamos las dudas frecuentes en este período. 

– Pérdida de loquios: Los loquios son secreciones vaginales compuestas de sangre y tejido uterino que se liberan en los primeros días después del parto (y pueden llegar a durar unas semanas). Básicamente, es como un periodo menstrual abundante.  

2. Puerperio mediato o precoz (primeras semanas)

Esta etapa abarca desde las primeras 24 horas hasta la primera semana o dos después del parto. Aquí, el cuerpo de la madre sigue recuperándose, y aunque los cambios físicos son notables, también empiezan a aparecer los ajustes emocionales.

Algunos cambios que puedes experimentar en esta etapa son:

– Reducción del tamaño uterino: El útero continúa encogiéndose hasta volver a su tamaño previo al embarazo, lo que puede durar alrededor de seis semanas. Ten en cuenta que el útero es un órgano que pesa alrededor de 70 gramos y que al final del embarazo llega a superar el kilo. Increíble, ¿verdad? 

– Cambios en la lactancia: Muchas mujeres empiezan a experimentar la “subida de la leche” alrededor del segundo o tercer día, lo que puede causar cierta incomodidad o incluso dolor en los pechos.

– Cambios emocionales: El conocido “baby blues” o tristeza postparto puede presentarse en esta etapa, causado por las fluctuaciones hormonales y el cansancio acumulado. El conocido “baby blues” es una alteración o un cambio en el estado de ánimo que se produce en las mamás alrededor del segundo o tercer día después del parto. Puede durar unas semanas (dos o tres) y remite de forma espontánea. 

3. Puerperio tardío (de las seis semanas hasta seis meses)

Este es el periodo más largo del puerperio y puede durar hasta seis meses (incluso un año) después del parto. Durante este tiempo, muchas mujeres se sentirán más recuperadas físicamente, pero aún pueden haber algunos cambios emocionales importantes.

Algunos aspectos que se presentan durante el puerperio tardío incluyen:

– Reanudación del ciclo menstrual: La menstruación puede tardar en reaparecer, especialmente si la madre está amamantando. Esto se debe a los niveles de prolactina que inhiben la ovulación. Sin embargo, cada mujer es diferente y algunas pueden tener su primera regla pocas semanas después del parto.

En el post “El regreso de la menstruación: ¿Cuándo viene la regla postparto?” analizamos cómo es la primera regla postparto, por qué a veces viene al acabar la cuarentena y a veces tarda más en bajar y resolvemos dudas frecuentes, como si te puedes quedar embarazada de nuevo si no te ha bajado aún la regla postparto (y no, no vamos a hacer un spoiler en este artículo). 

– Cambios emocionales a largo plazo: Si bien la mayoría de las mujeres se adaptan emocionalmente en las primeras semanas, algunas pueden continuar enfrentando desafíos como la depresión postparto o el estrés relacionado con el cuidado del bebé. Te recomendamos leer el artículo “Depresión postparto” para conocer más sobre el tema. 

– Recuperación física: A lo largo de los meses, los músculos abdominales y el suelo pélvico seguirán fortaleciendo. Es recomendable que, si tienes molestias persistentes, consultes a tu fisioterapeuta especializada en suelo pélvico. Y también es recomendable, si no lo has hecho ya, que empieces a hacer ejercicio para recuperar y fortalecer esos músculos y evitar problemas futuros (como, por ejemplo, la incontinencia urinaria). En este vídeo te mostramos algunos ejercicios aptos para realizar durante el postparto:

(Esto sólo es una muestra. En nuestro canal de Youtube encontrarás muchos más vídeos que te ayudarán a fortalecer tu suelo pélvico. Y si tienes alguna duda, siempre puedes contactar con nosotras). 

Cambios físicos durante el puerperio

El puerperio trae consigo grandes transformaciones físicas. A continuación, describimos los cambios más relevantes que experimentarás durante este periodo:

1. Cambios en los senos

Durante el puerperio, los senos pasan por cambios significativos, especialmente si decides amamantar. Al principio, producirás calostro, seguido por la subida de la leche entre el segundo y cuarto día. Y como dato curioso, ¿sabías que el calostro contiene hasta 5 veces más anticuerpos que la leche materna madura? Es como una primera “vacuna” natural al bebé justo después de nacer.

Pero volvamos a los senos. Los pechos pueden volverse sensibles, y en algunos casos, las madres pueden experimentar ingurgitación mamaria, una condición en la que los senos se llenan excesivamente de leche, sangre y otros fluidos, lo que provoca que se vuelvan duros, tensos, hinchados y dolorosos. Esto generalmente ocurre en los primeros días después del parto, cuando la producción de leche aumenta de manera repentina, conocida como la “subida de la leche”.

Los síntomas más comunes son: 

• Senos duros y sensibles al tacto.
• Hinchazón visible y sensación de pesadez.
• Calor o enrojecimiento en la piel.
• Posibles dificultades para que el bebé se agarre correctamente al pecho debido a la rigidez del seno.

2. Suelo pélvico y abdomen

Como ya hemos avanzado anteriormente, el suelo pélvico y los músculos abdominales, que se estiran durante el embarazo, necesitan tiempo para recuperarse. Algunas mujeres pueden experimentar incontinencia urinaria o sentir una menor fuerza en el abdomen. Es totalmente normal, que no cunda el pánico. Los ejercicios de cremalleras, con el tronco propioceptivo y los hipopresivos, son muy útiles en esta etapa.

3. Cicatrización en caso de cesárea o episiotomía

Si tuviste una cesárea o una episiotomía, el proceso de cicatrización será una parte importante de tu recuperación. Es esencial que sigas las indicaciones de tu fisioterapeuta, mantengas la zona limpia y estés atenta a posibles signos de infección.

Cambios emocionales durante el puerperio

Así como el cuerpo experimenta cambios, las emociones durante el puerperio también pueden ser un torbellino. Es fundamental entender que estos cambios son normales, aunque no siempre fáciles de sobrellevar.

1. “Baby blues”

¿Sabías que aproximadamente el 80% de las madres experimentan lo que se conoce como “baby blues” en los primeros días después del parto? Se caracteriza por cambios de humor, llanto sin motivo aparente y sensación de abrumo. No eres tú, son tus hormonas que ahora mismo están en una montaña rusa y junto con el cansancio es como un “cóctel molotov”. Pero puedes estar bien tranquila que estos síntomas suelen desaparecer en pocos días. 

2. Depresión postparto

A diferencia del “baby blues”, la depresión postparto es una condición más seria y persistente que puede durar semanas o meses si no se trata adecuadamente. Entre sus síntomas se incluyen la fatiga extrema, la falta de interés en el bebé, ansiedad intensa y sentimientos de inutilidad. Si crees que puedes estar experimentando depresión postparto, es esencial buscar ayuda médica cuanto antes.

3. Ansiedad y estrés

Es normal que el cambio de vida que trae un recién nacido provoque estrés y ansiedad. La falta de sueño, las responsabilidades adicionales y la preocupación por el bienestar del bebé pueden generar presión emocional. Hablar de tus emociones y pedir apoyo son claves para sobrellevar este tipo de situaciones.

Cómo cuidar de ti durante el puerperio

Ahora que ya conoces más sobre el puerperio supongo que te habrás percatado que es una etapa que requiere paciencia, cuidado y autoamor. Por eso es muy importante que cuides de ti. Así que te proponemos algunas formas en las que puedes hacerlo:

1. Descanso

El descanso es fundamental para una buena recuperación. Aunque el sueño con un recién nacido puede ser escaso, intenta dormir cuando el bebé lo haga, y acepta ayuda cuando sea posible.

2. Alimentación adecuada

Una dieta rica en nutrientes te ayudará a sentirte mejor físicamente y a recuperar energías. Asegúrate de incluir alimentos ricos en hierro, calcio, vitaminas y proteínas en tu dieta diaria.

3. Ejercicio adaptado

Pasadas las dos primeras semanas, si ha ido todo bien, los ejercicios suaves, como respiraciones, movilidad de la pelvis y de la espalda, cremalleras o ejercicios de Kegel suave, pueden ayudarte a mejorar el tono muscular y el bienestar emocional. Puedes consultar nuestros programas postparto y ver cómo podemos ayudarte. 

4. Buscar apoyo emocional

Hablar con amigas, familiares o un grupo de apoyo puede ser de gran ayuda para manejar las emociones. No dudes en comunicarte si te sientes abrumada o necesitas ayuda.

Conclusión

El puerperio es una etapa de grandes cambios tanto físicos como emocionales. Conocer lo que puedes esperar te ayudará a enfrentarlo de manera más tranquila. No olvides que cada mujer vive su puerperio de manera única, por lo que lo más importante es escuchar a tu cuerpo y darte el tiempo necesario para sanar y adaptarte a esta nueva etapa de la vida.

Recuerda que, aunque el camino puede ser desafiante, también está lleno de momentos especiales y gratificantes. ¡No estás sola en esta travesía!