Casi seguro que, durante los meses de embarazo, has recibido alguna de las siguientes preguntas: ‘¿Darás el pecho al bebé?’ ‘¿Escogerás la lactancia materna?’ ‘¿Utilizarás leche de fórmula o el método mixto?’
Ya me imagino a tu cabeza pensando a mil por hora, sin saber qué responder porque, quizás y sobre todo si eres madre primeriza, no entiendes ni la mitad de lo que dicen y necesitas informarte bien antes de tomar una decisión.
¡Y para eso está BHealthy! Para despejar todas tus dudas sobre la lactancia materna al mismo tiempo que hablamos de sus beneficios, de las posturas recomendadas para dar el pecho, de cómo saber si tu bebé está bien alimentado durante la lactancia o de hasta cuándo amamantar, entre otras cuestiones.
Así que, sin más preámbulo: ¡Vamos a ello! 😊
¿QUÉ TIPO DE LACTANCIA MATERNA DEBO ELEGIR?
Respuesta rápida y corta: El tipo de lactancia materna que se adapte a ti, a tus tiempos, a tu estilo de vida y a tu comodidad y la del bebé.
Si bien es cierto que la lactancia materna es la más recomendada a nivel general por todos sus increíbles beneficios tanto para el bebé como para la madre, es necesario que escojas aquella que desees: Pensando en ti y en tu tranquilidad.
Sobra decir que el tipo de lactancia que decidas realizar no determinará lo buena madre que eres o cuánto quieres a tu pequeño o pequeña. Ya sea porque no produces suficiente leche, porque tu bebé no termina de engancharse al pecho de forma correcta o simplemente porque no quieres: Está bien.
Eso sí, en caso de que sea por una de las dos primeras situaciones que te he descrito, te recomiendo acudir a un profesional que pueda ayudarte a identificar el porqué de ello y a encontrar una solución si realmente quieres apostar por la lactancia materna.
¿QUÉ OPCIONES EXISTEN?
Bien, ¡buena pregunta! Aunque en el artículo nos vamos a centrar en todo lo relacionado con la lactancia materna como tal, es oportuno que conozcas los tipos de lactancia que puedes encontrar:
- Lactancia materna exclusiva: Aquella en la que el bebé se alimenta únicamente con leche materna. A su vez, puede ser una lactancia directa cuando el bebé toma la leche de la teta, o una lactancia por biberón tras el uso de un sacaleches.
- Lactancia artificial: Con la que el bebé toma leche de fórmula en caso de que la madre no pueda dar el pecho o no lo desee.
- Lactancia mixta: En la que se combinan las dos anteriores por comodidad o por baja producción de leche materna, por ejemplo.
En cualquier caso, y como te comentaba anteriormente, aunque la lactancia materna natural y exclusiva es la más conveniente, no pasa nada si escoges una de las otras dos. Lo importante es que no te sientas culpable, porque no lo eres.
TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE LA LACTANCIA MATERNA
Se sabe que el 97% de la población mundial femenina es capaz, fisiológicamente, de dar el pecho sin problema alguno. No obstante, luego entran en juego otros factores como el deseo de hacerlo o no, o el agarre del bebé al pecho, como te explicaba en el apartado anterior.
El otro 3% corresponde a mujeres que, por patologías u operaciones previas, no pueden amamantar a su bebé de forma natural.
Ahora bien, si aún lo estás pensando o si ya lo tienes decidido, vamos a adentrarnos en toda la información necesaria para que esta etapa fluya de forma adecuada. Con una buena información en mano, hará que puedas disfrutar a tope de esta oportunidad que nos regala la naturaleza.
¿CÓMO SE PRODUCE LA LECHE MATERNA?
Tras el parto, la placenta se despega del útero y, por acción del mecanismo hormonal a través del papel de la prolactina y oxitocina, comienza la producción de leche materna.
Durante las primeras 48-72 horas se produce lo que se conoce como ‘calostro’, que es la primera leche de la madre y que también se denomina ‘primera vacuna del bebé’; pues contiene muchísimas sustancias beneficiosas para este.
En dicho momento aún no ha subido la leche; sin embargo, los primeros días de vida el bebé tiene suficiente con el calostro debido a que su estómago es muy pequeño y a que el calostro contiene todas las propiedades que necesita nuestro bebé en este instante de su vida.
Posteriormente, comienza la subida de la leche y esto lo notarás en que tu pecho tendrá un aspecto más terso o lleno; y, de ahí, comenzará la transición hacia una leche más madura.
La leche materna se va adaptando a los tiempos y el desarrollo del bebé para aportarle todo lo requerido. De hecho, una curiosidad que pone en énfasis aún más lo sabio que es el cuerpo femenino, es que la leche materna cambia cuando el bebé está enfermo para ayudarlo a recuperarse más rápido.
Increíble, ¿no crees?
BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA
Si lo piensas, la leche materna es la causa de que hoy estemos aquí: Ha sido el primer alimento, aquel que ha hecho posible la perpetuación de la especia durante siglos.
Su composición es magnífica, pues contiene agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales, hormonas y enzimas. Todas ellas esenciales para un buen desarrollo y crecimiento a todos los niveles.
Es por ello por lo que no debería sorprenderte la larga lista de beneficios que puede aportar dar el pecho a tu bebé:
Fortalece el sistema inmunitario, pues la leche contiene inmunoglobulinas y lactoferrina.
- Favorece el desarrollo cerebral del neonato.
- Previene de enfermedades no solo en la infancia sino también en la edad adulta.
- Aporta microorganismos beneficiosos a la microbiota intestinal haciendo que esta sea rica y estable.
- Protege frente a infecciones y patógenos, así como de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
- Facilita el desarrollo psicomotriz.
- Además, el movimiento de succión que realiza el bebé al ser amamantado es una vía de aprendizaje motor para su mandíbula; lo que le será de gran ayuda cuando comience la etapa del destete.
Y, por último, si la lactancia materna es exclusiva y directa a través del pecho de la madre, los beneficios irán mucho más allá de lo físico, ya que esto permite crear un vínculo y conexión entre el bebé y la madre que no se puede comparar con nada.
¿HASTA CUÁNDO SE PUEDE DAR EL PECHO?
Antes de responder a esta gran incógnita, debes saber que probablemente llegue un momento, alrededor de los tres meses dando el pecho, en el que el hambre del bebé aumente y te reclame de forma más frecuente.
A esto se lo conoce como crisis de la lactancia y muchas madres dejan la lactancia materna cuando ocurre, debido a que no entienden por qué su peque no se agarra bien al pecho y porque llora tanto; creyendo que lo hacen mal y que lo mejor es desistir.
¡Tranquila! No es necesario que dejes la lactancia materna porque esto es algo normal. Tan solo basta con que identifiques que se trata de esa crisis de lactancia materna y que seas consciente de que, en unos días, pasará y tu bebé volverá a pedirte su toma con total normalidad.
Ahora bien: ‘¿Hasta cuando puedo dar el pecho a mi bebé?’
La respuesta es clara: “Hasta que la mamá y la criatura quieran. El “hasta” no tiene límite
En cambio sí que hay un límite recomendado, que es el tiempo mínimo. Según la OMS, la lactancia materna exclusiva, debería llevarse hasta los 6 meses como mínimo. Pasado este tiempo, hay madres que siguen dando el pecho a sus hijos hasta los dos, 4 y 6 años. Eso sí, de forma complementaria.
POSICIONES RECOMENDADAS PARA DAR EL PECHO
No te obsesiones con encontrar la postura perfecta para dar el pecho al bebé; ya que la encontrarás cuando hayas probado varias y consigas identificar aquella con la que, tanto tú como tu bebé, os sintáis más cómodas.
Peeero, como madre y mujer que trabaja con otras mamis, me gustaría recomendarte algunas de las más confortables:
Acostadas: Esta es una de las más cómodas y relajantes y es mi preferida. Estaréis las dos tumbadas en una cama, al igual que te mostramos en este pequeño vídeo de Instagram y ello te permitirá descansar un ratito.
- A caballito: Coloca al bebé sobre tu pierna de forma que quede mirando hacia tu pecho un poco por debajo de este.
- Posición de rugby: Acuna a tu bebé con su cuerpo bajo tu axila y tu mano sujetando su cabecita. Puedes emplear una almohada o cojín para apoyar al peque y que no te moleste en la barriguita.
Al principio, es normal que te cueste encontrar vuestro agarre favorito. Pero en unos días ni te acordarás de la sensación de torpeza de los primeros días. ¡Ya lo verás! 😉
DUDAS FRECUENTES SOBRE LA LACTANCIA MATERNA
Si ya tienes experiencia con la lactancia materna, puede que lo siguiente sea pan comido para ti (o no), pero si eres mamá primeriza, pon atención porque vamos a quitarte varias preocupaciones de encima.
¿TENDRÉ SUFICIENTE LECHE PARA MI BEBÉ?
Siempre y cuando te cuides, comas saludable y tus hormonas trabajen correctamente, la cantidad de leche será suficiente para tu bebé. Además, ¿nunca te has parado a pensar cómo es el mecanismo de la lactancia?
Anteriormente ya te he explicado cómo se produce la leche materna, pero no cómo nuestro bebé trabaja junto con nuestro cerebro en fabricar más cuando este tiene hambre.
Es muy sencillo: En el instante en el que nuestro pequeño comienza a succionar la areola mamaria del pecho, nuestro cerebro atenderá la llamada y aumentará la producción de prolactina que, a su vez, hará que haya más leche.
¡Tachán! Lo sé, ¡es fascinante!
¿CÓMO SÉ SI MI BEBÉ SE ESTÁ ALIMENTANDO BIEN?
Cómo sé si mi bebé se queda con hambre es una de las preguntas más frecuentes cuando una madre comienza a dar el pecho. A algunas nos preocupa que no sea suficiente y que no se sacie del todo.
El bebé sabe cuando tiene hambre y te lo hará saber. De la misma forma sabe cuándo tiene suficiente y soltará el pecho. Así de sencillo.
Si aún y así te quedan dudas, la cantidad de deposiciones son una pista orientativa para saber si tu bebé ha comido lo suficiente. Las primeras veces será en menor cantidad, pero al pasar los días debería hacer unos 5 pipís y 2-3 cacas por día.
¿CÓMO SABER CUANDO EL BEBÉ TIENE HAMBRE Y CUANDO NO QUIERE MÁS?
Al inicio parecerá difícil saber cuándo el bebé quiere comer, pero sus señales son más claras de lo que creemos: se relame los labios, saca la lengua, mueve la mandíbula, abre la boca, busca el pecho, se mete el puño en la boca, chupa todo lo que pilla y, por último, se pondrá nervioso e irritado.
No obstante, para estar segura al 100% solo te queda una opción: ¡Ofrécele el pecho! Si lo coge, es su momento. Esto se llama lactancia materna a demanda, que es cuando no hay un horario y unas tomas fijas, sino que el bebé lo pide.
Pero no siempre hay que esperar a que llore sin freno, sino que deberíamos actuar con las primeras señas. Esto facilitará su agarre y ese proceso de hambre instintiva.
Y respecto a cómo saber si tu bebé está lleno, es el doble de fácil: Se apartará y a otra cosa mariposa.
HABLEMOS UN POCO DEL AGARRE
Seamos sinceras: El agarre del bebé a la teta no siempre es fácil. De hecho, es una de las primeras razones por las que muchas madres desisten y dejan la lactancia materna cuando la solución pasa por pedir ayuda y orientación, ya que no se nace sabiendo.
Por eso voy a darte algunas claves para conseguir que tu bebé se agarre bien al pecho y para que identifiques cuándo no lo está haciendo:
En primer lugar, la lactancia no hace daño. Al principio de poner en marcha la lactancia materna es posible que notes alguna molestia debido a que los pezones están más sensibles, pero a los pocos días, ya no será así. Y si lo es, quiere decir que el agarre no es el correcto.
Otra de las formas de saber que algo anda mal con el enganche es la aparición de grietas en el alveolo mamario, que pueden llegar a causar bastante dolor.
Pero tranquila, estas “heridas” desaparecen rápidamente tras corregir el agarre.
¿Y cómo debe ser este?
La nariz y la barbillita del bebé deben quedar pegados al pecho, la boquita ha de quedar muy abierta con los labios hacia afuera y el movimiento tiene que ser realizado por la mandíbula al completo. Asimismo, es necesario que la cabecita y el cuerpo estén alineados con su espalda.
De esta forma, el bebé será consciente de la toma y no se distraerá con nada de su alrededor: Será un momento increíblemente bonito para ambos si así lo deseas.
CONSEJOS PARA PREPARAR LA LACTANCIA MATERNA
Para ir cerrando este capítulo sobre lactancia materna, te dejo algunos tips básicos que espero te sirvan de ayuda.
- Infórmate, acude a grupos de lactancia o talleres, comparte tus preocupaciones y pide ayuda.
- Confía en tu cuerpo y cuídalo.
- Olvídate de toda la maquinaria que venden. En la lactancia materna solo se requieren dos cosas: a ti y a tu bebé (el resto, como las pezoneras, son accesorios que solo han de usarse en casos muy específicos).
Y recuerda: La lactancia materna es una decisión que solo te pertenece a ti.
Cuídate mucho, tómatelo con calma y… ¡BHealthy!