recuperación de una episiotomía

Cuidados para la recuperación de una episiotomía

Nadie te lo cuenta con detalle, pero muchas mujeres lo viven: después de parir, el cuerpo necesita tiempo y cuidados. Y si durante el parto te hicieron una episiotomía, aún más. Esta incisión quirúrgica en la zona del periné puede sonar a ciencia ficción la primera vez que lo oyes, pero forma parte de la realidad de muchas madres. ¿El problema? Que a veces se minimiza lo que implica la recuperación de una episiotomía, como si fuera un simple corte que cicatriza solo. Spoiler: no es tan sencillo.

En este artículo te vamos a contar qué es exactamente una episiotomía, por qué el personal médico decide hacerla y en qué casos se recomienda, qué tipos hay, y, sobre todo, cómo puedes cuidarte para recuperarte bien. Porque no se trata solo de que “cierre bien la herida”, sino de cómo te sientes tú: al sentarte, al caminar, al ir al baño… y sí, también en tus relaciones sexuales.

Además, hablaremos del suelo pélvico, ese gran olvidado que sostiene media vida ahí abajo. Porque cuidar tu cuerpo después de parir no es un lujo, es parte del trato. Pero empecemos por el inicio…

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¿Qué es una episiotomía, por qué se hace y cuándo se recomienda?

La episiotomía es una pequeña incisión quirúrgica que se realiza en el periné —la zona entre la vagina y el ano— durante el parto vaginal. Suena más agresiva de lo que realmente es, pero no deja de ser un corte que requiere atención y recuperación. ¿Su objetivo? Facilitar la salida del bebé en casos en los que es necesario que salga en la mayor brevedad.

recuperación de una episiotomía

Durante años, se practicó de forma bastante rutinaria, como si fuera un paso más del parto. Pero los tiempos han cambiado: hoy en día, la episiotomía solo se recomienda en situaciones muy concretas, cuando realmente es necesaria y puede evitar complicaciones mayores.

Por ejemplo, puede ser una opción cuando:

  • El bebé está en una situación de sufrimiento fetal y necesita salir rápidamente.
  • Hay un parto instrumental (con fórceps o ventosa).
  • La madre tiene un periné muy rígido y se prevé un desgarro severo.
  • El bebé es especialmente grande o está en una posición comprometida.

La clave está en la indicación médica justificada, no en hacerlo por sistema. Porque, aunque puede ser útil en ciertos momentos, no está exenta de consecuencias, y la recuperación de una episiotomía necesita mimos, paciencia… y algo de conocimiento del propio cuerpo, del que hablaremos en los siguientes apartados.

Nota: si quieres evitar la recuperación de una episiotomía te aconsejamos que eches un vistazo a este artículo sobre el masaje perineal

Tipos de episiotomía

No todas las episiotomías son iguales. Aunque la idea general sea la misma, el corte puede variar en dirección y profundidad según el criterio del personal sanitario y las características del parto. Existen principalmente dos tipos

recuperación de una episiotomía: tipos de episiotomía
Fuente Mayo Foundation For Medical Education and Research

1. Episiotomía medial o central

Es un corte recto, que va desde la abertura vaginal hacia el ano, siguiendo la línea media del periné. Suele sangrar menos y cicatrizar mejor, pero tiene un riesgo mayor de extenderse hacia el esfínter anal si no se controla bien.

2. Episiotomía mediolateral

Es el tipo más habitual hoy en día. El corte se hace en diagonal, hacia uno de los lados. Tiene menor riesgo de llegar al ano, pero a veces molesta más y tarda más en recuperarse.

Cada tipo puede afectar de forma distinta a la recuperación de una episiotomía. Por ejemplo, las mediolaterales pueden generar más molestias al sentarse o caminar los primeros días, mientras que las mediales pueden complicarse más si no se cicatrizan bien.

Por eso, conocer el tipo de episiotomía que te han hecho no es un detalle menor: te da pistas sobre cómo cuidarte mejor y qué sensaciones pueden ser normales o no durante tu proceso de curación.

Posibles complicaciones de la episiotomía

Aunque lo habitual es que la episiotomía cicatrice sin problemas en unas pocas semanas, no está de más saber que pueden surgir algunas complicaciones. Y no lo decimos para asustarte, sino para que estés atenta a ciertas señales y puedas actuar a tiempo. La recuperación de una episiotomía puede ser más larga o incómoda si no se cuida bien o si aparecen ciertos contratiempos.

Entre las complicaciones más comunes están:

  • Infección: puede pasar si la zona no se mantiene limpia y seca. Si notas mal olor, enrojecimiento excesivo, pus o fiebre, consulta con tu médico.
  • Dolor persistente: es normal sentir molestias los primeros días, pero si el dolor es agudo, punzante o no mejora, conviene revisarlo.
  • Problemas al orinar o defecar: la inflamación o el miedo al dolor pueden hacer que retengas, lo cual empeora todo.
  • Cicatrización anómala: en algunos casos, la piel no se une bien o se forman queloides o adherencias internas que pueden generar tirantez o molestias al mantener relaciones sexuales.
  • Alteraciones en el suelo pélvico: si no se trabaja adecuadamente, el impacto de la episiotomía puede afectar el tono muscular de toda la zona.
recuperación de una episiotomía: posibles complicaciones

Cuidados para recuperar bien la vagina tras una episiotomía

A estas alturas ya has pasado lo más bestia: el parto. Pero ahora toca mimar esa zona que ha vivido una auténtica revolución. La recuperación de una episiotomía no debería dejarse al azar. Tu cuerpo ha hecho un trabajo increíble y ahora necesita tiempo, atención y cariño. Aquí van los cuidados clave para ayudar a que la zona sane bien y tú te sientas mejor.

1. Higiene (sin obsesión)

Limpia la zona con agua templada cada vez que vayas al baño. Sécala con pequeños toquecitos, sin frotar. No uses jabones ni productos íntimos con perfume. Menos es más.

2. Aire y ropa cómoda

La zona necesita oxigenarse. En casa, si puedes, pasa ratitos sin ropa interior o usa braguitas de algodón, sueltas. Evita compresas sintéticas y opta por las de algodón orgánico los primeros días.

3. Frío local

Las primeras 48 horas, una bolsa de gel frío (envuelta en un paño) puede aliviar la inflamación. No te pases con el tiempo, unos 10-15 minutos bastan.

4. Evita esfuerzos

Durante las primeras semanas, no levantes peso ni hagas movimientos bruscos. Escucha a tu cuerpo. Si te duele, es que hay que parar.

5. Empieza a trabajar el suelo pélvico 

Aunque todavía no sea el momento de hacer ejercicios, empieza a conectar con tu suelo pélvico. Y cuando el profesional de referencia te lo indique, incorpora poco a poco los ejercicios Kegel para activar la zona sin forzarla. Esto es clave para la buena recuperación de una episiotomía.

Te recordamos que en este artículo puedes encontrar mucha más información respecto a los ejercicios Kegel: “Ejercicios Kegel postparto: qué son, cómo hacerlos y para qué sirven”. 

Cremalleras para fortalecer el suelo pélvico en el postparto

6. Cuida tu alimentación y tu tránsito intestinal

Comer fibra y beber abundante agua te ayudará a evitar el estreñimiento (tu peor enemigo los primeros días). Hacer fuerza para ir al baño cuando tienes puntos puede ser una tortura innecesaria.

Cada mujer es distinta, y cada parto también. Pero si hay algo universal es que la recuperación de una episiotomía necesita su propio ritmo. No te compares con nadie, no corras, y no minimices lo que sientes. 

Por qué es importante la buena recuperación de una episiotomía

Cuando estás recién parida, es fácil centrarte solo en el bebé y olvidarte de ti. Pero ojo: tu bienestar también importa. Y mucho. La recuperación de una episiotomía no es un tema menor, porque de cómo cicatrice esa herida dependerán muchas cosas que afectan directamente a tu calidad de vida.

recuperación de una episiotomía: por qué es importante

Una mala recuperación puede traer molestias a largo plazo: dolor al mantener relaciones sexuales, tirantez, infecciones recurrentes, inseguridad corporal o incluso problemas en el suelo pélvico, como escapes de orina. Y aunque parezca que forma parte del “pack maternidad”, no debería normalizarse.

Tampoco se trata de obsesionarse, pero sí de poner el foco en tu cuerpo con el mismo amor y atención con el que cuidas a tu bebé. Porque si tú estás bien, todo fluye mejor, ¿verdad?.

Además, una buena recuperación de una episiotomía previene complicaciones futuras: ayuda a que el suelo pélvico se recupere correctamente, reduce el riesgo de cicatrices dolorosas y te permite reconectar con tu cuerpo sin miedo.

Cosas que hay que vigilar

Vale, los primeros días ya están más o menos superados. Pero la recuperación de una episiotomía no termina con la caída de los puntos. Hay varios aspectos cotidianos que conviene tener bajo control para evitar complicaciones y asegurarte de que todo evoluciona como toca.

Higiene

Mantener la zona limpia y seca es fundamental. Ya lo mencionamos antes, pero lo repetimos porque es clave: lávate con agua (sin presión), evita jabones y sécate con toques suaves. Si usas compresas, mejor que sean de algodón y cámbialas con frecuencia. Nada de esponjas ni duchas vaginales. Menos productos, más constancia.

Relaciones sexuales

Aquí no hay prisa. Hasta que la herida no esté completamente curada y tú te sientas lista, no hay obligación de retomar el sexo. Y cuando llegue el momento, usa lubricante si lo necesitas, ve despacio, y habla con tu pareja con total naturalidad. Si algo duele, para. El placer no debería doler jamás, y menos después de parir.

 recuperación de una episiotomía: relaciones sexuales

Ropa

Evita prendas ajustadas, braguitas sintéticas o leggins que aprieten. Todo lo que roce, irrite o impida respirar a la zona es un enemigo silencioso de la recuperación de una episiotomía. En casa, si puedes, apuesta por ropa suelta o incluso ratitos sin ropa interior (sí, se agradece mucho).

Señales de alerta

Dolor agudo, fiebre, mal olor, sangrado excesivo o sensación de hinchazón rara son motivos para consultar con tu profesional sanitario. No te aguantes por pensar que “será normal”. No estás exagerando: estás escuchando a tu cuerpo.

Y, por supuesto, no olvides el suelo pélvico. Retomar poco a poco los ejercicios de Kegel es una forma estupenda de reforzar esa zona, mejorar la circulación y acelerar la recuperación de una episiotomía.

En resumen: cuídate 

Ahora que has llegado hasta aquí, esperamos que te haya quedado claro el mensaje: no pases por alto la recuperación de una episiotomía. Ya sabemos que ahora mismo todo gira en torno al bebé, pero tú también necesitas mimos, tiempo y atención. Esa herida que ahora a veces molesta y otras ni te acuerdas, puede marcar cómo te sientes con tu cuerpo durante mucho tiempo si no le haces caso. Y no, no te lo decimos para agobiarte, sino para que te pongas en el centro de tención, aunque sea un rato al día.

Esto no va de volver a estar “como antes” ni de exigirte nada más. Va de sanar bien, sin dolor, sin miedo, sin prisas. De que puedas volver a sentirte tú, sin que el postparto se alargue más de la cuenta. Y para eso, hay recursos que valen la pena.

Si te animas, échale un ojo al programa postparto de BHealthy. Es suave, realista, pensado justo para esta etapa. Nada de machaque, nada de “tienes que”. También trabaja el suelo pélvico y los Kegel sin dramas, que después de la recuperación de una episiotomía son más importantes de lo que imaginamos.

Y si nadie te lo ha dicho aún, te lo decimos nosotros: lo estás haciendo increíble. Y mereces sentirte bien con tu cuerpo, también ahora. Así que cuídate. Que de eso también va ser madre.

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