cuánto dura leche materna en la nevera

¿Cuánto dura la leche materna en la nevera? Consejos de conservación y mejores prácticas

La leche materna es, sin duda, uno de los regalos más valiosos que una madre puede dar a su bebé. Sin embargo, en el ajetreo del día a día, no siempre es posible amamantar directamente y es aquí donde entra la magia de la extracción y almacenamiento de la leche. 

Conservar la leche materna de forma segura es crucial para mantener sus propiedades nutricionales y evitar que se estropee. En este artículo, resolveremos una de las dudas más comunes de las mamás: ¿cuánto dura la leche materna en la nevera? Además, te daremos consejos prácticos para que puedas almacenar la leche materna con tranquilidad.

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¿Cuánto tiempo dura la leche materna en la nevera?

Esta es la pregunta del millón. ¿Qué mamá no se lo ha preguntado alguna vez? Y la respuesta no es concreta, ya que la leche materna tiene un periodo de conservación que varía según la temperatura y el lugar donde se almacene. Por ejemplo, en el caso específico de la nevera, los expertos recomiendan conservar la leche entre 3 y 5 días a una temperatura de 4 °C o menos. Sin embargo, existen algunos factores que pueden influir en este tiempo:

Temperatura estable: Si la nevera mantiene una temperatura constante de 4 °C o menos, es más seguro mantener la leche (hasta 5 días).

Limpieza de la nevera: Si tu nevera está limpia y bien organizada, se reduce la posibilidad de que bacterias u otros contaminantes afecten a la leche.

Nota importante: Asegúrate siempre de que la leche no haya cambiado de color o de olor (más adelante te lo explicamos). Si notas algo inusual, es mejor descartar la leche.

leche materna: cuánto tiempo dura en la nevera?

¿Cuánto tiempo dura la leche materna fuera de la nevera?

Y esta es la siguiente pregunta que muchas mamás nos hacemos cuándo tenemos que salir de casa y, por el motivo que sea, no podemos amamantar a nuestro bebé. Si tienes que salir  y necesitas extraer la leche, es útil saber que ésta puede permanecer a temperatura ambiente durante aproximadamente 4 horas (una temperatura no superior a 25º). Sin embargo, si el lugar es muy caluroso o si la temperatura ambiente supera los 25 °C, es preferible no dejarla más de 2 horas.

Conservación en el congelador: Una opción para almacenar leche materna por más tiempo

Si produces mucha leche quizás te plantees extraerla y conservarla. Y si deseas conservar la leche materna durante más tiempo, el congelador es una excelente opción. La leche puede durar:

– Entre 3 y 6 meses en un congelador que forme parte de un refrigerador de -17º o menos. 

Hasta 12 meses en un congelador de alta potencia (como los que alcanzan temperaturas de -18 °C o inferiores).

Nota importante: Aunque la leche materna puede durar hasta 12 meses en el congelador, lo ideal es que sea consumida dentro de los 6 meses para preservar al máximo sus nutrientes.

Consejos de conservación de la leche materna

a) Almacenar en envases adecuados

Puede parecer una tontería, pero es importante elegir recipientes seguros y adecuados para conservar la leche materna. Aquí algunas opciones recomendadas:

– Bolsas de almacenamiento de leche materna: Son fáciles de almacenar y están diseñadas específicamente para este fin. Asegúrate de utilizar aquellas libres de BPA. No guardes la leche en bolsas desechables para biberones ni en bolsas de plástico comunes que no se hayan diseñado para almacenar leche materna.

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leche materna: consejos de conservación

Botellas o frascos de vidrio o plástico duro: los frascos de vidrio son la mejor opción. Si te decantas por plástico, que sea de plástico duro, pero asegúrate de que tengan tapas herméticas y estén debidamente esterilizados. Y, sobre todo, evita los recipientes de plástico donde aparezcan los números 3, 7 y 10, ya que esto implica que se han fabricado con plástico que contiene BPA.

b) Etiqueta cada envase con fecha y hora

Cuando almacenes leche materna, es fundamental etiquetar cada envase con la fecha y la hora de la extracción. Esto te permitirá usar la leche más antigua primero (siempre que esté dentro del límite de caducidad) y no correr el riesgo de que alguna porción se eche a perder.

c) No llenes los envases al máximo

La leche materna se expande cuando se congela, por lo que debes dejar un pequeño espacio en los recipientes para evitar derrames o que el envase se rompa en el congelador.

d) Enfría la leche antes de mezclarla

Si estás extrayendo leche varias veces al día y deseas combinarla en un mismo recipiente, asegúrate de que ambas porciones estén a la misma temperatura. No combines leche recién extraída y caliente con leche que ya esté refrigerada; enfría primero la leche extraída antes de añadirla a la otra porción.

e) Raciona la leche materna para su conversación

Guarda la leche materna en raciones de 60 a 120 ml, que es la cantidad adecuada para una toma, para evitar desperdiciarla.

leche materna: cómo descongelarla y calentarla

Descongelar y calentar la leche materna: Pasos a seguir

La manera en que descongelas y calientas la leche materna es crucial para conservar sus nutrientes y asegurar que sea segura para tu bebé.

a) Descongelación en la nevera

Para descongelar la leche materna de forma segura, colócala en la nevera entre 12 y 24 horas antes de su uso. Este método es el más seguro y permite mantener la leche en buenas condiciones. Una vez descongelada, la leche debe ser consumida dentro de las 24 horas.

Importante: nunca vuelvas a congelar esa lecha. 

b) Descongelación rápida con agua tibia

Si necesitas la leche de inmediato, puedes colocar el envase en un recipiente con agua tibia. Evita el agua caliente, ya que el calor excesivo puede destruir algunos de los nutrientes y anticuerpos presentes en la leche.

Consejo: No uses el microondas para calentar la leche materna. El microondas no solo calienta de forma desigual, lo que puede generar “puntos calientes” que podrían quemar a tu bebé, sino que también puede reducir el contenido nutricional de la leche.

Si necesitas calentarla, usa una cacerola o un recipiente con agua tibia y sumerge el biberón para calentarlo al baño María. También puedes emplear un calentador de biberones. Y, sobre todo, antes de alimentar a tu bebé, comprueba la temperatura de la leche poniendo unas gotitas en la parte interior de tu muñeca. Debe estar caliente, pero no en exceso.

¿Qué pasa si mi leche materna huele raro después de estar almacenada?

Es normal que la leche materna adquiera un olor ligeramente “jabonoso” después de un tiempo en el refrigerador o congelador. Esto se debe a la lipasa, una enzima natural que ayuda a descomponer las grasas de la leche y facilita su digestión para el bebé. Aunque el olor puede parecer extraño, la leche sigue siendo segura para su consumo.

 ¿Y cómo puedo saber si la leche materna está en mal estado?

Aquí algunos signos que pueden indicar que la leche materna ha pasado su tiempo de almacenamiento y ya no es segura para el bebé:

Mal olor: Si la leche huele rancia o tiene un olor ácido.

Cambio en la textura o color: Es normal que la leche materna se separe en una capa de grasa y otra de líquido; sin embargo, si el color es inusual o no se mezcla de nuevo al agitarla suavemente, puede estar en mal estado.

– Rechazo del bebé: Aunque no es un indicador infalible, si tu bebé rechaza la leche, es recomendable revisar su olor y textura antes de intentar nuevamente.

Mejores prácticas para el almacenamiento de la leche materna

Aquí te compartimos algunas mejores prácticas para el almacenamiento de la leche materna que te ayudarán a mantener su calidad y reducir el riesgo de contaminación:

a) Lávate bien las manos antes de extraer o manipular la leche

Es fundamental mantener una buena higiene para evitar que bacterias u otros gérmenes entren en contacto con la leche.

b) Esteriliza los envases de almacenamiento y extracción

Lava y esteriliza los recipientes de almacenamiento, así como los de extracción antes de cada uso. Un lavado adecuado con agua caliente y jabón es suficiente, aunque puedes optar por la esterilización si prefieres una mayor seguridad.

leche materna: las mejores prácticas para el almacenamiento

Para hacerlo, hierve las piezas durante 5 a 10 minutos. Revisa las instrucciones del fabricante y sigue el tiempo de ebullición recomendado si es diferente. Cada vez que uses el extractor, lávate bien las manos. Al terminar, lava las piezas con agua caliente y jabón, o colócalas en el lavavajillas si son aptas para ello.

c) Evita los cambios bruscos de temperatura

Cuando transfieras la leche del congelador a la nevera o del refrigerador a temperatura ambiente, hazlo de forma gradual. Los cambios bruscos de temperatura pueden afectar la calidad de la leche.

d) No vuelvas a congelar la leche descongelada

Una vez que hayas descongelado la leche materna, esta no debe volver a congelarse. Si tu bebé no ha terminado la porción de leche descongelada, es mejor descartarla para evitar riesgos.

¿La leche materna conservada es diferente de la fresca?

Sí, la leche materna conservada puede ser algo diferente de la leche materna fresca en varios aspectos:

1. Nutrientes: Aunque la leche materna conservada (ya sea refrigerada o congelada) sigue siendo muy nutritiva, algunos nutrientes y enzimas pueden disminuir ligeramente. Las vitaminas, especialmente la vitamina C, tienden a degradarse con el tiempo, y algunas enzimas que ayudan a la digestión pueden perder su efectividad, especialmente después de la congelación.

2. Textura y separación: Al guardarla, la leche materna suele separarse en capas con la grasa flotando en la parte superior. Esto es normal; simplemente se debe mezclar suavemente la leche sin agitarla demasiado para reintegrarla.

3. Sabor y olor: como hemos dicho anteriormente, la leche materna conservada puede tener un sabor y olor diferente, especialmente si ha sido congelada. Esto se debe a la acción de una enzima llamada lipasa, que descompone las grasas. Aunque esto es normal y seguro para el bebé, algunos bebés pueden notar la diferencia y mostrar preferencia por la leche fresca.

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leche materna conservada o fresca

4. Propiedades inmunológicas: La leche materna fresca tiene una mayor cantidad de células vivas y anticuerpos que ayudan a proteger al bebé contra infecciones. Aunque la leche conservada sigue siendo beneficiosa, algunas de estas propiedades inmunológicas pueden reducirse al ser refrigerada o congelada.

¡Pero que no cunda el pánico! A pesar de estas diferencias, la leche materna conservada sigue siendo una excelente opción y es nutritiva para tu bebé.

Conclusión

Almacenar la leche materna de forma adecuada es esencial para mantener sus beneficios nutricionales y asegurarte de que tu bebé esté consumiendo un alimento seguro y saludable. Si bien puede parecer un poco complicado al principio, con la práctica y siguiendo estos consejos, pronto te sentirás más segura y organizada. ¡Recuerda que cada gota cuenta y todo el esfuerzo es por el bienestar de tu bebé!

A medida que vas adquiriendo experiencia con la extracción y almacenamiento, notarás que estos pasos se vuelven parte de tu rutina y te ayudan a facilitar el proceso de lactancia en tu día a día. 

Y si necesitas información sobre la lactancia materna, más allá de la conservación de la leche, te recomendamos que leas este artículo: LACTANCIA MATERNA: TODO LO QUE DEBES SABER 

¡Ánimo, mamá, lo estás haciendo muy bien!

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