Cómo nos gustaría que existiera un ejercicio de preparación al parto estrella que nos garantizara la posibilidad de vivir el nacimiento de nuestro bebé tal y como lo deseamos. ¿Verdad que sí?
Si esto es lo que estabas buscando, y por eso te dispones a leer este artículo, te tenemos que decir que, de momento, no tenemos la poción mágica.
Lo que sí sabemos es qué ingredientes te pueden ayudar a que todo fluya y, a partir de aquí, con estos ejercicios para embarazadas puedas vivir y disfrutar al máximo del nacimiento que está por llegar. Te los explicamos uno por uno:
CONFÍA. Lo primero y lo más importante que necesitas es la confianza en ti misma y en tu hijo/a. Estás hecha para parir y tu bebé para nacer. Del mismo modo que no has dudado en ningún momento de si tu cuerpo sería capaz de crear las uñas, el pelo o los diferentes órganos de tu bebé, tampoco dudes de que tu cuerpo y ADN tienen toda la información necesaria para ayudar a hacer nacer tu criatura. ¡Aléjate de quien te haga creer que no eres capaz! Libérate de los miedos y CONFÍA EN TI.
RODÉATE DE BUENA COMPAÑÍA. Además de la confianza en el equipo que formáis madre/bebé, rodéate de personas que te transmitan confianza, sobre todo de cara al día del nacimiento. Y eso incluye desde el ginecólogo/a y/o la matrona, hasta los familiares y/o amigos. Te deberías sentir a gusto y confiada con las personas que tienes a tu alrededor. ¿Sabes qué? Si hacemos un símil con el mundo animal, cuando la leona se pone de parto, si por lo que sea se ve amenazada, se ponen en marcha unos mecanismos de defensa que hacen que el parto se detenga y, hasta que no se vuelve a sentir segura y tranquila, el proceso no vuelve a encender. ¡Pues lo mismo nos pasa a las mujeres! Ante una amenaza, el proceso de parto puede detenerse y, según de quién estemos rodeadas, podemos terminar sufriendo toda una serie de intervenciones innecesarias, que pueden ponernos en riesgo tanto a la madre como a la criatura.
INFÓRMATE. Estar informada también es un punto clave. En Internet encontrarás muchas opciones de plan de parto, un documento que te permite describir cómo quieres que sea tu parto. En estos puedes indicar, por ejemplo, si aceptas que te puedan hacer una episiotomía o no, poner anestesia epidural o no, si deseas que hagan un pinzamiento precoz del cordón umbilical o no… Una vez definidos todos estos aspectos, puedes compartir el plan de parto con las personas que te acompañarán, para que conozcan tus preferencias con antelación. Y si tienes cualquier duda, tu matrona de confianza te podrá ayudar.
TRABAJA LA MOVILIDAD DE TODO EL CUERPO Y LA ZONA DEL PERINÉ. A partir de ahí, y teniendo los aspectos anteriores cubiertos, a nivel físico y biomecánico, deberías hacer ejercicios para tener una pelvis móvil (¡te lo explicamos más abajo! ?). Adicionalmente, y según cómo te sientas, puede irte bien hacer una visita con un/a fisioterapeuta del suelo pélvico, para que valore el estado de toda la zona de la pelvis, descarte posibles contracturas y te enseñe a hacer el masaje perineal.
Por último, la osteopatía también es recomendable: te ayudará a eliminar restricciones articulares y musculares, permitiendo que todos los tejidos de tu cuerpo estén libres de tensiones, y dejen fluir los movimientos necesarios en cada momento del parto.
4 EJERCICIOS DE PREPARACIÓN AL PARTO, PARA HACER EN CASA
Y como ejercicios para hacer en casa, te proponemos 4 que te ayudarán a liberar tensiones. Es necesario que los hagas con el objetivo de escuchar tu cuerpo. Intenta sentir cómo te mueves, qué posiciones te apetecen más, en los ejercicios asimétricos: si hay un lado que se mueve más que el otro… ESCUCHA y SIENTE.
Perro y gato: Este ejercicio te ayudará a movilizar y descargar toda la espalda. Coge aire cuando sacas cabeza y culo hacia afuera, y suelta el aire cuando te escondes. Intenta redondearte bien, como si quisieras ir a tocar con todas tus vértebras el techo.
Rotación pélvica: moviliza suavemente la pelvis, sintiendo cómo se mueve y las sensaciones que tienes.
Movilidad de la caja torácica: con piernas flexionadas, suelta el aire cuando mueves los brazos hacia arriba y coge el aire cuando los bajas. Procura que tu cabeza y los hombros estén relajados.
Movilidad pélvica: camina bien alta, mirando hacia delante, realizando una rotación interna de las piernas. Haz 6 pasos y cambia hacia rotación externa. Intenta notar cómo se mueven tus caderas y, a medida que vas haciendo, ves notando como el movimiento va fluyendo con mayor facilidad.
Disfrútalos y repítelos tantas veces como tu cuerpo te pida. Y, llegado el día, respira, muévete y deja que todo fluya.
Si quieres seguir leyendo y descubriendo sobre la salud en el embarazo, el postparto, woman training, maternidad y mucho más, no te pierdas todas las lecturas interesantísimas que te ofrecemos en nuestro blog;)
¡Buen viaje!