Contracciones en el embarazo y contracciones en el parto: todo lo que necesitas saber

Estarás de acuerdo con nosotras que el embarazo es una experiencia única. Una experiencia llena de emociones, cambios, aprendizajes y, por qué no, también preocupaciones. Y una de las cosas que más nos hace pensar  a las futuras mamás son las contracciones. Saber identificarlas, conocer qué significan y cuándo deben alertarte puede ayudarnos a vivir cada etapa con más tranquilidad y confianza. Por eso, en este artículo, vamos a desglosar todo lo que necesitas saber sobre las contracciones, desde las que puedes sentir a lo largo del embarazo, hasta las que marcan el inicio del trabajo de parto.

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¿Qué son las contracciones?

Para poder diferenciar entre las contracciones en el embarazo y las contracciones en el parto, primero hay qué entender qué son las contracciones. Y es muy sencillo. Las contracciones son el aumento del tono del músculo uterino que hace que la barriga se ponga “dura como una piedra”. Y, a final del embarazo, es el mecanismo que tiene tu cuerpo para prepararse y llevar a cabo el parto. Cuando el trabajo de parto ha empezado, son movimientos rítmicos y de tensión, que ocurren en los músculos del útero para ayudar al bebé a salir. 

Y cómo ya hemos adelantado, durante el embarazo, pueden presentarse con diferentes intensidades, sensaciones (algunas mujeres las notan más y otras menos) y en distintas etapas y no siempre significan que el parto está cerca.

De hecho, debes saber que nuestro útero no sólo se contrae durante el embarazo y el parto, existen varias circunstancias, también fisiológicas, donde nuestro útero realiza estos movimientos; como son: durante la menstruación para expulsar el tejido endometrial que ya no necesitamos o en los orgasmos, generando un placer extraordinario (¡durante el embarazo se nota mucho!). Vaya, que está bien que empecemos a mirar a las contracciones con buenos ojos y complicidad!

Tipos de contracciones durante el embarazo

Existen varios tipos de contracciones que puedes experimentar a lo largo de tu embarazo. Algunas de ellas son parte del proceso natural de preparación, mientras que otras pueden ser señal de que el parto está empezando. Es importante que aprendas a diferenciarlas para que estés tranquila y sepas cómo actuar correctamente en cada momento.

Contracciones de Braxton Hicks

Uno de los tipos de contracciones más comunes y que pueden aparecer desde el segundo trimestre, son las llamadas contracciones de Braxton Hicks. Estas contracciones son irregulares, cortas y no causan dilatación. Son una manera de que tu cuerpo empiece a “ensayar” para el trabajo de parto. A menudo se describen como una sensación de endurecimiento en el abdomen, similar a una presión, que desaparece al cambiar de posición o descansar.

¿Cuándo suelen aparecer?

Pueden empezar alrededor de la semana 20, pero algunas mujeres no las sienten hasta más adelante en el embarazo o, directamente, no las notan nunca. Son más frecuentes por la tarde, durante el ejercicio o después de haber estado físicamente activa.

¿Cómo se sienten?

Las contracciones de Braxton Hicks no son molestas, aunque algunas mujeres pueden sentir cierta incomodidad. La mejor manera de diferenciarlas de las contracciones de parto es que son irregulares, cortas  y no aumentan en intensidad o frecuencia. Además, desaparecen si te relajas o cambias de posición.

Contracciones de pródromos de parto

Otro tipo de contracción que puede causar confusión son las conocidas como contracciones de “pródromos de parto”. Estas contracciones son más intensas que las de Braxton Hicks y pueden ocurrir en los días previos al parto. A menudo hacen pensar a las mamás que el parto ha empezado, pero no es así. Estas contracciones pueden ceder en reposo, y frecuentemente se inician por la noche. Estas sí suelen ser regulares pero no aumentan en intensidad ni frecuencia y, generalmente, ceden en unas horas o al amanecer. 

Es posible que nos alerten y nos hagan creer que el parto ha empezado, incluso, que vayamos al hospital creyendo que ya ha llegado la hora. Pero no nos debemos desmotivar si la comadrona nos dice que aún no es el momento y que nos volvamos a casa. Es un proceso normal, tu cuerpo no está fallando, de hecho, ya estará haciendo el trabajo previo a la dilatación que es igual de importante: ablandar, acortar y colocar el cuello uterino para que después se pueda abrir. Sólo tienes que tratar de descansar y confiar en que tarde o temprano, sucederá.

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¿Cuándo aparecen?  

Normalmente, en las últimas semanas de embarazo, en especial a medida que te acercas a la fecha probable de parto. Son más comunes por la noches y pueden durar varias horas antes de detenerse.

¿Cómo se sienten? 

Pueden ser más intensas que las de Braxton Hicks, pero a diferencia de las contracciones reales de parto, no se vuelven más frecuentes ni más largas con el tiempo. Una señal clara de que no son las contracciones de parto es que no producen dilatación.

Contracciones de parto

Cuando hablamos de contracciones de parto, nos referimos a aquellas que ayudan a dilatar el cuello del útero y a que el o la bebé se prepare para nacer. Estas contracciones son diferentes de las de Braxton Hicks o a la de pródromos de parto porque siguen un patrón más regular y predecible.

¿Cuándo aparecen?  

Pueden empezar de forma gradual o de manera repentina, dependiendo de cada mujer y cada embarazo. Para algunas, el trabajo de parto empieza con contracciones leves que aumentan en intensidad con el tiempo; para otras, las contracciones fuertes son el primer signo.

¿Cómo se sienten?  

Las contracciones del parto suelen empezar como ese aumento del tono/ ”tripa dura” de mayor intensidad que se suele sentir en la parte baja de la espalda o el abdomen, que sigue aumentando de intensidad. Se vuelven regulares, intensas y duran más tiempo (en torno a un minuto) a medida que se acerca el momento de dar a luz. Al contrario de las contracciones de Braxton Hicks, estas no se detienen si cambias de posición o descansas.

Frecuencia e intensidad

Al inicio del trabajo de parto, las contracciones pueden ocurrir cada 10 o 15 minutos y durar alrededor de 30 segundos a un minuto. A medida que el trabajo de parto avanza, se vuelven más frecuentes, llegando a ocurrir cada 5 o incluso cada 2 ó 3 minutos.

Si quieres más información, te aconsejamos que leas este otro artículo en el que nos adentramos en las contracciones de parto y te damos algunos consejos para que puedas hacerle frente: ¿Cómo saber si son contracciones de parto? 

Señales para diferenciar las contracciones de parto de las que no lo son

Es completamente normal que llegados a este punto tengas dudas y te preguntes si las contracciones que estás sintiendo son el inicio del trabajo de parto o simplemente una falsa alarma. Aquí te damos algunas claves para diferenciarlas:

– Duración y frecuencia: Las contracciones de parto se vuelven más largas y frecuentes con el tiempo. Si notas que duran entre 45 y 70 segundos y que la frecuencia entre ellas se va reduciendo, podrías estar en trabajo de parto.

– Intensidad: Las contracciones de parto se sienten más (independientemente si son con dolor o no) y tienden a aumentar en intensidad y ésto nos hará cambiar de actitud, tenernos que parar para respirar, callarnos, necesitar estar “más para adentro”. En cambio, las de Braxton Hicks son más suaves y no cambian mucho de intensidad.

– Posición: Si las contracciones desaparecen al caminar, moverte o acostarte, es probable que no sean de parto. Las contracciones verdaderas no se detienen con cambios de actividad o descanso. Es más, generalmente, acostada, suelen ser bastante más molestas.

¿Cuándo debes acudir a urgencias?

Ahora que ya has aprendido a diferenciar las contracciones, probablemente te preguntes cuándo tienes que dirigirte al hospital. Así que te dejamos algunas señales claras de que el trabajo de parto ha comenzado y, sin prisa, ¡empezar a prepararte para el viaje!:

Contracciones regulares cada 5 minutos durante, al menos, dos horas.

Rotura de aguas (ruptura de la bolsa).

¡Importante! También debes acudir de inmediato al hospital si notas una disminución en los movimientos de tu bebé , tienes fiebre o tienes un sangrado vaginal (puede ser normal sangrar un poco durante la dilatación, un sangrado escaso y con moco; pero un sangrado rojo y abundante es un signo de alarma). Y, por supuesto, si los signos de parto (contracciones o bolsa rota) se dan antes de la semana 36 de gestación. 

Las contracciones de parto pueden ser dolorosas, pero existen técnicas que pueden ayudarte a manejarlas y hacerlas (algo) más llevaderas. Aquí te damos algunas claves: 

1. Respiración y relajación: Una de las mejores maneras de sobrellevar las contracciones es a través de técnicas de respiración. Las clases de preparación para el parto suelen enseñar ejercicios de respiración que te ayudarán a relajarte y oxigenar mejor tu cuerpo y el de tu bebé.

Un ejercicio de respiración muy utilizado en las clases de preparación para el parto es la respiración lenta y profunda. Para practicarla, cuando empieces a sentir una contracción, inhala lentamente por la nariz contando hasta cuatro, llenando tus pulmones con aire, y luego exhala de manera suave y prolongada por la boca, contando hasta seis u ocho. Este patrón ayuda a mantener la calma, a oxigenar mejor tu cuerpo y el de tu bebé, y a relajar los músculos. A medida que las contracciones se intensifican, puedes acelerar ligeramente el ritmo de la respiración, pero siempre manteniéndola controlada y rítmica.

Y si quieres profundizar más sobre el tema, te recomendamos que eches un vistazo a este vídeo. ¡Seguro que te será de gran utilidad!

2. Cambios de posición: Algunas posiciones pueden hacer que las contracciones sean más llevaderas. Por ejemplo, balancearse en una pelota de pilates puede ayudar a aliviar la presión en la espalda y facilitar que el bebé descienda; caminar entre contracciones ayuda a bajar al bebé y estar en cuclillas facilita que se coloque en el canal de parto. 

Ahora bien, siéntete libre para moverte y adoptar la posición que más cómoda te resulte en todo momento. Recuerda que no hay una postura única ideal, sino que irá variando en función de la intensidad de las contracciones.

3. Agua tibia: El agua caliente puede ser muy reconfortante durante las contracciones. Tiene un efecto relajante sobre los músculos, y muchas mujeres encuentran que las contracciones se vuelven más manejables. Durante las primeras horas, podremos darnos una ducha o ayudarnos con una bolsa de agua caliente (también puede ayudar una manta eléctrica o saco de semillas) colocada en la espalda o parte baja del vientre. La bañera la dejaremos para cuando las contracciones sean realmente intensas y la dilatación haya avanzado, pero realmente muchas mujeres sienten un gran alivio  mientras están sumergidas.

4. Masajes: partiendo de la base que los masajes estimulan la producción de endorfinas, sustancias químicas naturales del cerebro que alivian el dolor y levantan el ánimo, el masaje es una buena técnica para sobrellevar las contracciones. 

El masaje en la zona lumbar o los muslos puede ser muy útil para aliviar las molestias  de las contracciones. Tu pareja, doula o acompañante de parto, puede aplicar presión suave o masajes circulares en esas áreas mientras tú te concentras en la respiración.

Contracciones después del parto: los entuertos

¿Te has sorprendido al leer el titular anterior? ¡No nos extraña! Muchas mujeres piensan que las contracciones desaparecen por completo tras el parto, pero eso no siempre es así. 

Durante los primeros días después del parto, el útero se contrae para volver a su tamaño original. Estas contracciones son conocidas como entuertos y suelen ser más intensas en los embarazos a partir del segundo hij@ (en la mayoría de los casos, no se notan tras el primer nacimiento, pero sí suelen aumentar en intensidad a medida que va aumentando la familia). Son contracciones importantes, que ayudan a que no sangremos en exceso tras la salida de la placenta, con lo cual, aunque puedan ser molestas son nuestro “seguro de vida”, así que… ¡bienvenidas!

¿Cómo se sienten?

Algunas mujeres describen los entuertos como cólicos menstruales, aunque también hay algunas que los sienten de forma más intensa. Así que sí, los entuertos pueden ser molestos, especialmente durante la lactancia, ya que el acto de amamantar estimula la liberación de oxitocina, una hormona que promueve las contracciones del útero.

¿Cuánto tiempo duran?  

Los entuertos suelen durar unos pocos días después del parto, aunque cada mujer es diferente y algunas pueden vivirlas durante un poco más de tiempo. 

Si quieres aprender más sobre los entuertos, te recomendamos que leas este artículo donde os explicamos en profundidad todos los detalles sobre los entuertos:  “Qué es el entuerto postparto y cómo aliviarlo”. 

En resumen… 

Las contracciones son una parte natural y esencial del embarazo y el parto. Conocer los diferentes tipos de contracciones y cómo identificarlas puede darte tranquilidad y permitirte tomar decisiones informadas durante tu embarazo. Si bien pueden parecer difíciles al principio, es importante recordar que son señales de que tu cuerpo está haciendo lo que necesita para traer a tu bebé al mundo. ¡Así que disfrútalas!

Confía en tu instinto y no dudes en acudir a tu comadrona siempre que tengas dudas. ¡Estás a punto de vivir uno de los momentos más importantes de tu vida!
Y si una vez finalizado el embarazo, cuando ya te hayas recuperado del parto, decides que quieres tener una mejor recuperación postparto, puedes ponerte en contacto con nuestro equipo. ¡Nos encantará formar parte de esta nueva etapa tuya!

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