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“Para poner límites necesitas estar bien”

Los límites son una necesidad vital para los niños. Pero, ¿por qué nos cuesta tanto ponerlos? ¿Nos ayuda, nuestro estilo de vida, a poner límites desde la calma y el respeto? ¿Qué podemos hacer para no “explotar” cuando nuestros hijos no hacen lo que les pedimos? 

De esto y mucho más hablamos en esta entrevista con Sonia Kliass. Ella es psicóloga con gran experiencia en el ámbito de la educación. Ha trabajado con niños durante muchos años y ahora acompaña a familias y profesionales de la educación. 

Se inspira en las pedagogías de Emmi Pikler y Waldorf, y es autora del libro “El arte de poner límites”, que puedes comprar aquí. Para mí, ha sido una lectura imprescindible, porque no solo habla de la teoría, sino de casos prácticos súper útiles. 

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1. Dices que te inspiras en las pedagogías de Emmi Pikler y Waldorf. ¿Cuáles son sus principios básicos?

Proponen la combinación de dos factores. Por un lado, entender que los niños pequeños necesitan una buena relación con el adulto. Su bienestar depende totalmente de tener un vínculo seguro, es decir, de sentirse queridos, protegidos, vistos…por sus progenitores o adultos de referencia.

Por otro lado, estas pedagogías promueven un respeto muy grande hacia toda la actividad propia del niño. Es fundamental entender que necesitan tiempo y espacio para desplegar todo su potencial.

2. ¿Qué aspectos dependen de nosotros, para que los niños puedan aprender?

Nosotros debemos introducirles en el mundo de las relaciones sociales. A los tres meses, por ejemplo, los niños empiezan a agarrar objetos con la mano. La información para saber hacer este gesto, está dentro de ellos y sale cuando tiene que salir. Esto no depende de la clase social, ni de la cultura; es algo innato.

En cambio, lo que no sabe el niño es que, si un objeto lo tiene otro niño, no se lo tiene que quitar de las manos. El papel del adulto es ayudar al niño a integrar las normas y límites necesarios, porque esta información no está en el niño. No es universal, sino cultural.

3. ¿Cómo poner límites de forma respetuosa?

Si ponemos límites desde un lugar de confianza y seguridad, el niño querrá colaborar.

Cuando el niño quiere hacer algo, pero no es posible, si le ponemos el límite desde un lugar de confianza y seguridad, estará receptivo y querrá colaborar. Estará totalmente entregado a este adulto.

Porque es algo biológico, los niños vienen con la premisa de que para sobrevivir tienen que estar con una persona. ¡Ellos quieren colaborar cuando los tratamos bien!

4. ¿Y lo hacemos bien en general, lo de poner límites, o no?

Tenemos varios problemas que nos lo dificultan.

Muchos de nosotros no hemos recibido un trato respetuoso cuando éramos pequeños. En momentos de estrés nos sale de forma automática lo que está registrado en algún lugar inconsciente. Son modelos que están allí y necesitas tiempo para transformar estos patrones integrados en la infancia.

Por otro lado, nos faltan modelos a imitar. Si no ves a nadie que pone límites de forma respetuosa, cuesta llevar la teoría a la práctica.

Y, por último, para poner límites con respeto necesitas estar bien: tranquila, con energía, tiempo…

5. ¿Cómo podemos minimizar estas dificultades?

Primero de todo, debemos tomar conciencia y buscar la manera de estar bien. Vosotros, en BHealthy, trabajáis en esto: ayudáis a las mamás a estar bien. 😊

También debemos ser amables con nosotras mismas. Entender que los niños están aprendiendo y nosotros también.

Los niños no necesitan que seamos perfectos, sino que tengamos voluntad de hacerlo bien y seamos capaces de buscar ayuda cuando tenemos dificultades.

Debemos ser amables con nosotras mismas. Entender que los niños están aprendiendo y nosotros también.

Sonia Kliass

6. ¿Crees que estamos empezando a poner conciencia?

Yo creo que sí, hay mucha sensibilidad y ganas. Pero falta el: “¿y cómo lo hago?”

Tenemos que abordar situación por situación. Ir poco a poco y no querer resolverlo todo de golpe. Cuando veo que algo me sale bien, los niños se animan, yo me animo, veo que funciona…

Y, sobre todo: cuando una estrategia no funciona, hay que cambiarla.

7. ¿A partir de qué edad empezamos a poner límites?

Hablamos mucho de poner límites, pero este no es el objetivo. El objetivo es ayudar a que los niños puedan crecer bien con ellos mismos y con el entorno. Que aprendan a relacionarse de forma positiva.

Y esto empieza en el minuto 0. Por ejemplo, cuando mi bebé me tira del pelo, desde la calma, le tengo que indicar el camino. Pero si yo le río las gracias y le dejo hacer, y luego, cuando le tira el pelo a un niño le grito, esto le descolocará.

Como adultos, debemos ir guiando a los niños en cuáles son las buenas formas de relacionarnos y cuáles no.

Otro ejemplo: algo muy típico es quitar algo de las manos al niño porque pienso que no se entera. Mientras que, lo que quiero, es que él integre que cuando quiere algo y lo tiene otra persona se lo tiene que pedir. Debemos tener muy presente que, hagamos lo que hagamos estamos educando.

“Como adultos, debemos ir guiando a los niños en cuáles son las buenas formas de relacionarnos y cuáles no.”

Sonia Kliass

8. ¿Cómo poner los límites cuando son tan pequeños? Por ejemplo, cuando van a tocar el enchufe.

Los niños muy pequeños necesitan límites que respeten su necesidad de “hacer”, porque viven en la acción.

Los niños tan pequeños viven en la acción, no entienden de “no hacer”. Cuando le digo “no subas” para el niño es difícil. ¿Qué hace con este impulso?

Es mejor darle siempre una alternativa. Y si no hay alternativa, le digo que es lo que sí puede hacer. Por ejemplo: “Baja”, o “necesito que te quedes en el suelo”. Siempre expresarlo de forma positiva, porque para él va a ser más fácil atender a lo que le estoy pidiendo.

9. ¿Qué hacemos cuando no nos hacen caso? Imaginemos una niña de tres años que no quiere vestirse, cuando tenemos que ir a la escuela.

Los niños tienen todo el derecho del mundo de querer cosas distintas a lo que queremos nosotros. Y eso no quiere decir que todo lo que quieren tenga que cumplirse. Si tenemos que salir y ella no quiere vestirse aún, quiere decir que quizás necesite algo más de tiempo para hacerlo.

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10. La vida va demasiado rápido para ellos…

Tenemos que tener empatía, es un gran esfuerzo para ellos tener que seguir el ritmo que les marcamos todo el día: “ahora vístete”, “ahora vamos al coche”, “ahora siéntate bien que te abrocho la sillita”… ¡Ellos lo único que quieren es estar tranquilos y jugar!

Lo ideal es que yo pueda decir, desde la calma: “vaya, hoy no tienes ganas de vestirte”. Si estoy tranquila y tengo empatía, es mucho más probable que la situación tenga un buen desarrollo.

11. “Mi hijo tiene 19 meses y me está siendo difícil evitar que haga cosas que no debe hacer”

Me viene un ejemplo a la cabeza: cuando salimos de casa, sale corriendo para cruzar la calle. ¿Cómo hago que entiendan que esto es peligroso? Hay cosas que no pueden entender.

Si le digo: “es peligroso porque te puede atropellar un coche”, ¡no va a saber qué significa eso!

No hay que gastar energía intentando que entiendan. En esta situación la seguridad del niño es responsabilidad del adulto. Si yo ya he visto que hay este peligro, tengo que salir a la calle preparada para que el niño salga corriendo y para no dejarle hacerlo.

Puedo decirle: “Ahora tienes que darme la mano porque es peligroso correr por aquí”. Y, si no lo acepta, otra estrategia puede ser volver a casa o ponerlo en el cochecito. Pero todo desde la calma, porque él no hace nada malo. Simplemente me está mostrando que necesita tiempo porque no ha integrado esta norma de cómo debe ser cuando salimos a la calle.

12. ¿Y si el límite no le gusta?

Debemos dejar que se enfade y tener empatía. “Vaya, no te gusta darme la mano…”. Lo que suele pasar es me enfado yo, porque el niño se ha enfadado.

13. Parece que el llanto nos vacíe el depósito de la paciencia…

Esto es un tema de trabajo personal. ¿Qué esperamos del niño? Yo le he puesto un límite, esto le genera estrés emocional y yo quiero que se controle. ¡Pero yo me descontrolo! Lo mismo que le pido a él, es el trabajo que tengo que hacer conmigo misma.

14. ¿Cuál es la estrategia para no perder el control, como adulta?

Yo puedo observar lo que me está pasando. Veo qué estoy alterada y no lo reprimo. Pero hay que vigilar en cómo lo expreso. Una buena forma sería decir: ahora mismo estoy muy alterada. Pero que esto no se transforme en agresividad hacia el niño.

En los momentos en que siento que voy a perder los nervios, debo buscar una salida. Por ejemplo, decir a otra persona, “ahora ve tú que yo no puedo”. ¡Este es un modelo excelente!

Y quiero contaros una curiosidad por si os ayuda en estas situaciones. Cuando eres empático, esta actitud provoca que baje el estrés del otro y también el tuyo propio. Porque la empatía hace subir la oxitocina y la oxitocina hace bajar la adrenalina. ¡Provocas un cambio a mejor en ti y en el otro! 😊  

Cuando eres empático, esta actitud provoca que baje el estrés del otro y también el tuyo propio.

Sonia Kliass
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15. ¡Qué interesante, tomo nota! Seguimos con más preguntas de mamás. Rabietas con 13 meses, ¿cómo gestionarlas?

Hay que diferenciar entre dos tipos de rabietas, para saber cómo actuar en cada caso:

  • Rabietas por tensión acumulada: cuando el niño va acumulando tensión a lo largo del día, llega un momento en que necesita explotar. Es la mejor forma que ha encontrado su organismo para descargar tanta tensión. Tenemos que esperar a que se agote esa energía, porque no tiene ningún sentido enfadarnos con ellos ni esperar que hablarles funcione. Hay que estar cerca de ellos, evitar que se hagan daño y esperar a que pase.
  • Rabietas como estrategia: imagina que estáis en el supermercado y que tu hijo quiere que les compres algo y les dices que no. Entonces se tira al suelo y empieza a patalear. Y, para frenarlo, vas y se lo compras. La rabieta se detiene al momento. Esto es una estrategia que el niño ha aprendido de forma inconsciente: “si lloro y grito consigo lo que quiero”. Aquí es muy importante, desde la calma, no atender a lo que está exigiendo, porque ésta no es una buena estrategia.

16. ¿Qué hacer con un niño que lo vive todo de forma negativa, desde que abre los ojos por la mañana?

Si esto es siempre así hay que mirar por qué este niño está indicando que no está bien. El adulto debe mirar qué pasa: ¿falta de sueño? ¿Intolerancias alimentarias no detectadas u otros problemas de salud? ¿algo que tenga que ver con la emocionalidad de la familia?

Cuando un niño lo vive todo de forma negativa, hay que mirar qué le pasa.

Hay que cuidar también cómo es el momento de la mañana, porque es complejo, ya que tenemos que hacer muchas cosas en poco tiempo.

También es importante que la escuela donde van sea respetuosa con su ritmo. Hay una cultura de infancia nefasta en general; mucha ignorancia sobre cuáles son las verdaderas necesidades de los niños en la etapa infantil.  

17. Estoy embarazada de 8 meses y tengo un niño de 22 meses que desde hace un mes se enfada más que antes, diciéndome “fea” y “mala”.

Es normal que esté sensible. La gente habla del bebé que está por llegar, se preparan los espacios en casa y ellos son muy sensibles a todos los cambios. Es importante aceptar que pueda estar alterado por esto.

Por otro lado, los niños a partir del año y medio o los dos años viven muchas frustraciones. Quieren hacer muchas cosas y algunas no les salen bien. Tampoco debes preocuparte por dónde ha aprendido estos insultos, está en plena fase de imitación y puede que lo haya escuchado en cualquier lugar.

18. Y, por último: ¿Cómo conseguir que mi hijo colabore? Tiene 6 años y siempre contesta con un “no quiero” a todo lo que le digo que tiene que hacer, como comer o ir a dormir.

Igual reacciona así porque percibe tus demandas como una orden. Yo intentaría transformar, por ejemplo, el “tienes que comer” con un “vamos a comer”. En vez de dar órdenes, tenemos que proponer hacer las cosas con naturalidad, porque comer es algo maravilloso. Le dejamos libre para poder entrar en esta dinámica positiva de comer.

Si te ha gustado esta entrevista, ¡compártela con otras mamás! 😊

Te invito a leer más entrevistas sobre temas de crianza en nuestro blog. Hablamos sobre orden familiar, rabietas, crisis en la pareja y, ¡mucho más!

¡Un abrazo y BHealthy! 

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