¿Te has parado a pensar en algún momento qué atención le concedemos a nuestro cuidado personal? Y si hay cabida para éste, ¿desde qué lugar lo hacemos? ¿Desde el amor a nosotras mismas o desde el castigo y el querer cambiar algo que no nos gusta de nosotras?
Si alguna de estas preguntas te resuena y te remueve algo en tu interior, te invito a que sigas leyendo este artículo donde hablo del cuidado personal en la mujer.
Sentirnos merecedoras de nuestro cuidado personal
A raíz de la charla que hicimos con Laura, de Calma Moments, donde queríamos hablar con detalle de la actividad física en femenino, surgió un tema muy potente: el cuidado personal. Y más que el cuidado en sí, el lugar y la manera en que lo hacemos.
Estamos acostumbradas a estar al servicio de los demás. Y si eres mamá, seguramente eres una maestra del cuidado de todos los seres queridos de tu alrededor, menos del tuyo propio. Permítete ser objetiva y observar cuál es la realidad de tu día a día, como mujer, como madre, como amiga, esposa… ¿En qué posición te colocas?
La realidad es que, la mayoría, priorizamos a los demás antes que a nosotras mismas y nuestro cuidado personal pasa a último lugar. Y si nos olvidamos de nuestro cuidado personal, pueden llegar a aparecer muchas enfermedades causadas por todo lo que hemos estado sosteniendo.
Cuando tu cuidado personal no tiene cabida en tu vida, se manifiestan físicamente enfermedades como la fatiga crónica, fibromialgia y enfermedades autoinmunes que nada tienen que ver con tu físico. Estas dolencias son la exteriorización de la ausencia de tu cuidado personal, físico y emocional.
Restablecer la salud que hemos ido perdiendo durante toda la vida no es tan fácil y por ello es tan importante el cuidado personal, desde el primer momento que sientes que tú no estás en primer lugar.
¿Entonces sólo debo pensar en mí y en mi cuidado personal?
Apostar por tu cuidado personal no quiere decir que descuides todo lo demás, ni que no debas atender a los tuyos. Si te escuchas y te permites realmente sentir todas las emociones que emanan en ti, habrás plantado la primera semillita para cultivar tu cuidado personal.
En este precioso encuentro, Laura nos compartió unas palabras muy sabias.
“Nuestras emociones son nuestros pensamientos.
Lo que tú sientes, es lo que estás pensando”
Escúchate y da lugar a tus emociones sin menospreciar el valor que tienen, aunque sean completamente distintas a las que tu alrededor y la sociedad dicen que deben ser: es un acto de amor.
Tus emociones, lo que tú sientes, son tus pensamientos, y desde aquí actuamos. Desde el amor es desde donde debemos actuar.
Cuando lo difícil es estar con una misma…
Escuchar y dejar que tus sensaciones y emociones sean las protagonistas, no es tarea fácil, y cuando llevas tantos años al servicio de los demás y no te has dado la oportunidad de escuchar qué sientes y que necesitas, aún resulta más complicado.
A la vez, a veces resulta más sencillo no escucharte, para así no tener que enfrontarte a pensamientos tan potentes y que te remueven tanto a ti y a todo tu alrededor. Pero es esencial que busques en tu interior, libre de juicio externo y libre de crítica interna.
Nuestra exigencia y nuestro afán de hacerlo todo perfecto suelen convertirse en las grandes piedras que no nos permiten fluir y transitar libremente por nuestro camino. Te invito a que mires en tu interior y hagas las paces contigo misma.
SI NO SABEMOS ESTAR CON NOSOTRAS, ¿CÓMO PODEMOS SABER ESTAR CON LOS DEMÁS? ¿CÓMO VAMOS A SABER ACOMPAÑAR?
Reencuéntrate, con tu yo, tu sola y tu misma. Para saber estar con una misma, se necesita tener un compromiso diario contigo, con tu cuidado personal. Para, toma presencia, intenta no pensar y actuar impulsivamente, date el permiso de sentir.
Si tú piensas siempre igual, tus células siempre actuarán igual.
Para hacer cambios, tienes que pensar de otra manera, y cuando piensas distinto, te sientes diferente. Al hacer este ejercicio de sentir y no actuar por inercia, tus emociones cambian. Tu mirada es distinta.
La meditación y la actividad física son herramientas que te permiten conectar de una forma muy potente con tu mente. Cuando puedes focalizarte en ti y en tu cuidado personal, físico y mental, le estás dando la oportunidad a tus emociones más profundas para que aparezcan de nuevo.
Cuando rebrotan las emociones que han estado silenciadas por mucho tiempo, abres la puerta a que tu esencia pueda vibrar libre, tranquila y desde el amor.
¿Y SI NOS MIRAMOS EN EL ESPEJO Y CONTEMPLAMOS LO BONITO DE NOSOTRAS MISMAS?
Proyectar la vida desde el amor suele ser más fácil cuando la mirada la focalizamos en los demás. Seguramente no te resulta difícil mirar a tu amiga y ver una infinidad de atributos positivos, elogias su manera de ser, su belleza, sus talentos…
Y cuando nos miramos a nosotras, ¿qué vemos? La exigencia hacia nosotras es distinta a la que proyectamos en los demás.
Buscamos la perfección que en realidad no existe… Y si en algún momento la conseguimos, o nos acercamos mucho al concepto que tenemos de perfección, ¿nos hace felices de verdad?
Te invito a que te mires al espejo para ver lo bonito de ti y dejar de focalizarte en aquello que no te gusta. No es un ejercicio sencillo, pero puede ser muy revelador.
Si siempre le damos mirada a lo que no nos gusta, y lo miramos con odio y actuamos desde el castigo para cambiar algo porque no nos gusta, perdemos la oportunidad de amarnos y de ver nuestra belleza.
¿Qué es la belleza realmente?
La belleza está en todo y en todas. Es así de sencillo y así de potente a la vez. Todas tenemos nuestra propia belleza. Encuentra la tuya a través del cuidado personal que puede ser la actividad física, el mindfulness. El medio que te ayude a llegar a encontrarla no es único para todas. Sabrás cuál es el tuyo escuchándote con plenitud y dándote permiso a SENTIR.
Para poder descubrir nuestra belleza es importante abrir la mente, actuar con ternura y afecto hacia nosotras y no dar cabida al menosprecio y desestima.
NUNCA JAMÁS PIERDAS UN SEGUNDO DE TU VIDA APRECIANDO ALGO QUE DESPRECIAS PORQUE CUANDO TU TE HAGAS MAYOR Y VEAS LAS FOTOS DE CUANDO ERAS JOVEN ,VAS A LLORAR DE TODO EL TIEMPO QUE HAS PERDIDO DESPRECIANDO ALGO TAN BELLO
Paquita, 83 años
Pregúntales a las personas mayores que tanto alaban su cuerpo de jovencitas y que ahora recuerdan qué bello que era: ¿cómo lo veían y sentían entonces? Su mirada seguramente habrá cambiado.
La misma pregunta te la puedes hacer a ti misma. Ahora, si echas la mirada solo unos años atrás, cuando tenías 20 años, tenías un cuerpo super bonito, ¿verdad? ¿Así lo veías entonces? Cuando contemplas fotos de algunos veranos atrás o de antes de ser mamá, no te nace de dentro decir: ¡Qué cuerpo más bonito! ¡qué mirada más viva! ¡Ojalá volviera a estar así!
Probablemente, no pensabas ni te decías lo mismo en ese instante. Las palabras que te dedicabas eran distintas y solías estar comparándote continuamente y queriendo cambiar tu cuerpo. Alabando los cuerpos de las mujeres que tenías a tu alrededor, deseando cambiar y menospreciando la tuya propia.
No te compares con nadie: ¡ponte lo que nunca te pondrías ahora!
Debemos romper con la comparación y competición continua. No podemos pretender ser como la otra, porque simplemente la otra persona no eres tú. Si siempre estamos comparándonos entonces te pierdes en el camino porque dejas de ser tu misma.
En la búsqueda de ser y tener lo que tienen los demás, nos ofuscamos y entramos en un círculo de mirarnos con odio, de dramatizar las situaciones y sentimos que solo nos pasan cosas malas y solo nos pasan a nosotras.
“Darte cuenta del motivo por el que te pasan las cosas te da la oportunidad de crecer y de aprender”
Si cambiamos la mirada, y en vez de preguntarnos por qué, nos preguntamos para qué debemos pasar por esa situación, tendremos la oportunidad de encontrar un aprendizaje muy valioso. Esta mirada distinta es en sí misma una manera de cuidado personal que te abrirá una nueva manera de entender la vida.
¿Cómo quieres que se miren tus hijos y seres queridos?
Echar la vista atrás te puede ayudar a poner orden y visibilizar una realidad de la que ni siquiera eres consciente que proyectas.
La mirada de nuestros mayores es una gran fuente de sabiduría, y la nuestra, también.
Cuando te he propuesto que te preguntes qué ves cuando miras una foto de hace unos años y que recuerdes qué sentías entonces, ¿no se ha removido algo en tu interior?
La mirada actual de nuestro yo del pasado es una gran oportunidad para aprender e integrar nuevas maneras de hacer y de sentir.
El sufrimiento continuo para conseguir el cuerpo perfecto, ser la mejor madre, la profesional más impecable y magnificar la vida de los demás te puede ayudar a parar y preguntarte si es así cómo quieres vivir y cómo quieres que vivan tus hijos y tus seres queridos.
Lo que no deseas para los demás no deberías desearlo para ti misma, ¿no?
Tenemos un gran poder para cambiar la mirada de nuestra propia vida y de la de los demás.
¡Y sin que este gran poder suponga una exigencia que debas cumplir si o si!
Si te apetece apostar por tu cuidado personal te invito a que ante todo te permitas SENTIR, que leas, que te dejes guiar por lo que te dice tu corazón, que medites, que hagas ejercicio de forma consciente para poder conectar contigo misma.
Aquí te dejo el link del encuentro tan bonito con Laura Puga. Este directo, cuya intención era hablar del deporte en femenino, se convirtió en un encuentro precioso gracias a que nos dimos el permiso de sentir y expresarnos libremente. Hablamos de belleza, del lugar desde donde nos cuidamos y de la mirada que tenemos de la vida.
Si deseas que te acompañemos en este camino de cuidado personal mediante la actividad física, en nuestro canal de Youtube encontrarás muchas rutinas adaptadas al momento en el que te encuentras. Y no dudes en escribirnos o visitar nuestra web, te explicaremos con detalle todas las opciones que tenemos para que tu cuidado sea tu prioridad. Como siempre, desde la consciencia y con amor.
De todo corazón, deseo que puedas empezar a SENTIR y que tu ESENCIA empiece a brillar ✨
¡Un abrazo y BHealthy!