Qué es la menopausia: cómo vivir esta etapa de tu vida con plenitud

Todo el mundo ha escuchado hablar de la menopausia y probablemente ya sepas lo que es. Pero veámoslo desde un nuevo punto de vista: no es el fin de nada, sino el comienzo de una nueva fase en la vida de toda mujer. Aún así, también debemos ser honestas, ya que la menopausia puede venir con su propio combo de desafíos. ¿Sofocos de la nada? ¿Cambios de humor que ni tú entiendes? ¿Dormir bien? (Ojalá).

Si tuviéramos que definir la menopausia con pocas palabras diríamos que es el momento en que dejamos de ovular y decimos adiós a nuestra menstruación oficialmente. La menopausia suele llegar entre los 45 y 55 años, aunque cada cuerpo lleva su propio ritmo. 

Pero no te preocupes, aquí hablaremos de todo lo relacionado con la menopausia: las diferentes etapas, los síntomas,  los dolores, el peso, las emociones… Y lo más importante: te daremos claves de cómo hacer que esta nueva etapa sea más llevadera. ¿Vamos a ello?

Las etapas de la menopausia

La menopausia no llega de la noche a la mañana (aunque a veces pueda parecerlo). Es un proceso con diferentes fases, cada una con sus particularidades. Primero llega la premenopausia, con sus señales sutiles (y no tan sutiles). Luego, la perimenopausia, en la que sentirás que estás en una auténtica montaña rusa. Y después, la postmenopausia, una etapa en la que el cuerpo se asienta en su nueva normalidad. ¿Lista para entender cada una? Vamos por partes.

Premenopausia: cuando todo empieza a cambiar

La premenopausia es esa fase en la que tu cuerpo empieza a prepararse, pero tú apenas notas la diferencia. Aquí, las hormonas siguen funcionando con normalidad, las reglas son regulares y los síntomas aún no se asoman. Es como el “antes del antes” de la menopausia.

Menopausia: etapas
Fuente: Reproducción Asistida ORG

Entonces, ¿por qué es importante la premenopausia? Porque aunque no haya señales evidentes, esta etapa es clave para lo que viene. Es el mejor momento para prestar atención a tu cuerpo, reforzar hábitos saludables y prepararte para los cambios futuros. En esta etapa, la alimentación, el ejercicio y el manejo del estrés juegan un papel fundamental para que la transición sea más suave.

Es importante destacar que la premenopausia puede durar varios años y, en muchas mujeres, pasa completamente desapercibida. Pero si empiezas a notar ciclos más cortos, algún que otro desajuste o pequeños cambios en tu energía, es posible que estés entrando en la siguiente fase: la perimenopausia. ¿Cómo saberlo con certeza? Observándote y, si tienes dudas, consultando con un especialista (más adelante te explicamos qué es la perimenopausia). 

Recalcar que aprovechar la premenopausia significa invertir en tu bienestar a largo plazo. Ahora es un buen momento para hacer chequeos médicos, revisar tus niveles hormonales y ajustar tu estilo de vida. Hazte estas preguntas: ¿Cómo está tu alimentación? ¿Haces suficiente ejercicio? ¿Tu descanso es de calidad? Creénos. Todo esto marcará la diferencia en las etapas siguientes.

También es importante hablar del factor emocional. Muchas mujeres no piensan en la menopausia hasta que ya están en ella. Y esto es un error.  Anticiparse puede hacer que la vivas con mayor tranquilidad. Infórmate, comparte dudas con otras mujeres y, sobre todo, date el espacio para cuidarte.

En resumen, la premenopausia es como el prólogo de un libro: todavía no pasa nada impactante, pero es la base de la historia. Y tú decides cómo escribir las siguientes páginas.

Perimenopausia: la montaña rusa hormonal

Si de un día para otro sientes que tu cuerpo está haciendo cosas raras, bienvenida a la perimenopausia. Esta es la fase en la que las hormonas empiezan a fluctuar y, con ellas, llegan los cambios en tu ciclo, el sueño y hasta en tu estado de ánimo. ¿Un mes con la regla más larga de lo normal y al siguiente desaparece? ¿Sofocos que aparecen de la nada? ¿Más cansancio sin razón aparente? Sí, todo esto forma parte del “paquete”.

La perimenopausia puede durar entre 4 y 10 años antes de que la menopausia se instale oficialmente. En este tiempo, los niveles de estrógeno y progesterona van disminuyendo de forma irregular, lo que provoca esos síntomas impredecibles. Algunas mujeres lo llevan sin mayores complicaciones, mientras que otras sienten que están en una montaña rusa emocional y física.

Menopausia:  los niveles de estrógeno y progesterona van disminuyendo de forma irregular

Lo importante aquí es aprender a escuchar a tu cuerpo. Si notas cambios en tu ciclo menstrual (más corto, más largo, más abundante o incluso ausente), dificultades para dormir, sudores nocturnos o cambios en tu peso, es muy posible que estés en esta etapa. Aunque también pueden aparecer síntomas más sutiles como niebla mental, menor tolerancia al estrés o piel más seca.

¿Qué puedes hacer para sentirte mejor? Aquí es donde un estilo de vida saludable hace la diferencia. Comer bien, hacer más deporte, dormir mejor y reducir el estrés pueden ayudarte a minimizar los síntomas. También es recomendable hablar con un médico si los cambios afectan demasiado tu día a día.

La perimenopausia es una transición, no una sentencia. Puede ser un poco caótica, sí, pero entender lo que está pasando y tomar medidas te ayudará a llevarla con mayor equilibrio. Y recuerda: no estás sola en esto.

Post-menopausia: la nueva normalidad

Después de años de cambios hormonales, ciclos irregulares y síntomas sorpresa, llega la postmenopausia. Es oficial: llevas más de 12 meses sin menstruación y tu cuerpo ha entrado en una nueva etapa. Y te preguntarás: ¿y ahora qué? Pues, aunque muchas de las molestias de la perimenopausia pueden ir desapareciendo, esta fase también trae consigo sus propios desafíos.

Lo primero que hay que entender es que en la postmenopausia los niveles de estrógeno han bajado definitivamente, lo que puede influir en la piel, los huesos, el metabolismo y hasta en el estado de ánimo. Es posible notar más sequedad en la piel y en las mucosas (sí, incluida la zona íntima), pérdida de densidad ósea, cambios en el peso y, en algunos casos, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Pero no todo son malas noticias: muchas mujeres sienten que recuperan su energía y estabilidad emocional después de la montaña rusa de la perimenopausia.

Aquí, el autocuidado es clave. Mantener una alimentación equilibrada, rica en calcio y vitamina D, ayuda a proteger los huesos. El ejercicio, especialmente el entrenamiento de fuerza y las actividades de impacto moderado, es fundamental para la masa muscular y ósea. Y no podemos olvidar la salud emocional: dormir bien, manejar el estrés y disfrutar del tiempo para ti es más importante que nunca.

La postmenopausia también es un buen momento para reforzar los chequeos médicos. Controlar la salud cardiovascular, ósea y ginecológica es esencial para prevenir problemas en un futuro. Además, si la sequedad vaginal o los cambios en la libido afectan tu bienestar, hay muchas soluciones médicas y naturales que pueden ayudarte.

En definitiva, la postmenopausia es el comienzo de una nueva versión de ti. Una en la que puedes sentirte fuerte, plena y dueña de tu bienestar. 

Síntomas menopausia: lo que nadie te contó (pero deberías saber)

Menopausia: sofocos

Los síntomas de la menopausia pueden ser como una caja de sorpresas: algunos aparecen de golpe, otros se instalan poco a poco y hay quienes apenas los notan. Cada mujer lo vive de manera diferente, pero hay ciertos signos bastante comunes. ¿Te suenan los sofocos repentinos, los cambios de humor o las noches de insomnio? Seguro que has oído hablar de ellos. 

Uno de los síntomas de la menopausia, el síntoma estrella (y no precisamente el más querido), son los famosos sofocos. Pueden llegar sin previo aviso, hacerte sudar en pleno invierno y durar unos segundos o varios minutos. Luego están los sudores nocturnos, que no solo interrumpen el sueño, sino que muchas veces vienen acompañados de insomnio y cansancio al día siguiente.

El estado de ánimo también se suma a la fiesta. La bajada de estrógenos puede hacer que te sientas más irritable, sensible o con cambios emocionales que ni tú entiendes. Y si a eso le sumamos la fatiga y la falta de sueño, es normal sentirse más vulnerable.

Otros síntomas de la menopausia menos comentados (pero no por ello menos importantes) incluyen la sequedad vaginal, la reducción de la líbido y cambios en la piel y el cabello. También puede haber aumento de peso, dolores articulares e incluso problemas de memoria (sí, esa sensación de que olvidaste lo que ibas a decir hace dos segundos).

Lo importante es saber que estos síntomas de la menopausia no son eternos ni incontrolables. Hay muchas formas de aliviarlos, desde cambios en el estilo de vida (como la alimentación o el deporte) hasta tratamientos médicos o naturales. Lo esencial es escuchar a tu cuerpo y buscar lo que mejor funcione para ti.

Porque la menopausia es un cambio, sí, pero con la información y los cuidados adecuados, puedes vivirla con bienestar y sin renunciar a tu calidad de vida.

Menopausia y cansancio: ¿por qué te sientes tan agotada?

Menopausia: insomnio

Si últimamente sientes que podrías dormir una semana entera y aun así no recuperarías la energía, no estás sola. Menopausia y cansancio van de la mano. Y la explicación la tiene nuestras queridas hormonas.

A medida que los niveles de estrógeno y progesterona bajan, el cuerpo se resiente. Estas hormonas no solo regulan el ciclo menstrual, también influyen en el metabolismo, la calidad del sueño y la producción de energía. El resultado: fatiga constante, falta de concentración y esa sensación de que el café ya no hace efecto.

El insomnio y los sudores nocturnos tampoco ayudan. Despertarse varias veces en la noche o sentir que el sueño no es reparador hace que al día siguiente el agotamiento sea aún peor. Y si a eso le sumamos el estrés, la carga mental y los cambios emocionales, no es raro sentirse sin fuerzas.

Entonces, ¿qué hacer para recuperar la energía? Lo primero es cuidar el sueño: intenta acostarte y levantarte a la misma hora, evita las pantallas antes de dormir y crea una rutina relajante antes de ir a la cama. La alimentación también juega un papel clave: prioriza alimentos ricos en proteínas, grasas saludables y fibra para mantener los niveles de energía estables.

El ejercicio, aunque suene contradictorio, es otro gran aliado en esta etapa. Un paseo al aire libre, yoga o entrenamiento de fuerza pueden ayudarte a reducir la fatiga y mejorar el ánimo. Y no olvidemos la hidratación: beber suficiente agua hace maravillas por tu vitalidad.

En resumen, el cansancio en la menopausia es común, pero no tienes que resignarte a él. Con algunos ajustes en tu estilo de vida, puedes recuperar la energía y sentirte mucho mejor en esta nueva etapa.

Dolores en la menopausia: ¿por qué te duele todo de repente?

Dolores en la menopausia: : dolor en las articulaciones

Si en esta etapa sientes que tus articulaciones crujen más de la cuenta, que te duele la espalda sin razón o que los músculos están más tensos, no es tu imaginación. Los dolores en la menopausia son bastante comunes y las hormonas tienen mucho que ver.

Como ya hemos visto hasta ahora, el estrógeno se reduce en la menopausia. Y a medida que el estrógeno disminuye, el cuerpo pierde parte de su capacidad antiinflamatoria natural. Esto puede provocar rigidez en las articulaciones, molestias musculares y una mayor sensibilidad al dolor. Muchas mujeres sienten que sus rodillas, caderas o manos están más rígidas por las mañanas, o que cualquier esfuerzo extra se traduce en más dolor de lo habitual.

También es común experimentar más dolores de cabeza o migrañas. ¿La razón? Las fluctuaciones hormonales pueden afectar los vasos sanguíneos y los niveles de serotonina, lo que hace que los dolores de cabeza sean más frecuentes o intensos.

Y no podemos olvidar los cambios en la postura y la salud ósea. La menopausia puede acelerar la pérdida de masa ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis y, con ello, la posibilidad de dolores crónicos o fracturas a largo plazo.

Entonces, ¿qué hacer? Mantenerse activa es clave: ejercicios de bajo impacto como caminar, yoga o pilates pueden mejorar la movilidad y reducir la rigidez. También es importante cuidar la alimentación, asegurando suficiente calcio, vitamina D y magnesio para fortalecer los huesos y los músculos.

Si el dolor interfiere con tu día a día, no dudes en buscar ayuda médica. Hay tratamientos y hábitos que pueden marcar la diferencia. Porque sentirte bien en esta etapa es posible, y no tienes por qué acostumbrarte a vivir con molestias constantes.

Menopausia y peso:  ¿por qué cambia tu cuerpo y qué puedes hacer?

Menopausia: aumento de peso

Llegas a la menopausia y, de repente, esos kilos de más aparecen sin previo aviso. No es que estés comiendo más ni que te hayas vuelto sedentaria de la noche a la mañana, pero tu cuerpo ya no responde igual. ¿Por qué sucede esto? Principalmente por el descenso de estrógenos, que ralentiza el metabolismo y favorece la acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal.

Pero las hormonas no son las únicas culpables. Hay otros factores que influyen en el aumento de peso durante esta etapa:

  1. Menos masa muscular: Con la edad, perdemos músculo de forma natural, lo que reduce la quema de calorías en reposo.
  2. Cambio en la distribución de grasa: Antes, la grasa solía acumularse en caderas y muslos, pero ahora el abdomen se convierte en su nuevo lugar favorito.
  3. Estrés y sueño: El insomnio y el estrés aumentan los niveles de cortisol, una hormona que favorece la retención de grasa.
  4. Resistencia a la insulina: Algunas mujeres desarrollan una mayor dificultad para procesar los carbohidratos, lo que facilita el almacenamiento de grasa.

Entonces, ¿qué hacer? No se trata de hacer dietas extremas, sino de ajustar hábitos:

Dieta equilibrada: Más proteínas, grasas saludables y fibra; menos azúcares y ultraprocesados.
Ejercicio de fuerza: Mantiene el músculo y acelera el metabolismo.
Descanso de calidad: Dormir bien es clave para evitar desajustes hormonales.
Gestión del estrés: Yoga, meditación o cualquier actividad que te ayude a relajarte.

La menopausia y el peso pueden parecer enemigos, pero con los cambios adecuados, puedes mantenerte saludable y sentirte bien con tu cuerpo.

Menopausia y relaciones sexuales

La menopausia no significa el final de una vida sexual plena, pero sí puede traer algunos cambios que afectan la intimidad. La bajada de estrógenos influye en la lubricación, la sensibilidad y hasta en el deseo, lo que puede hacer que las relaciones sexuales en la menopausia sean diferentes a como solían ser. Pero diferente no significa peor.

Algunas mujeres notan que su apetito sexual disminuye, mientras que otras siguen teniendo el mismo deseo, pero experimentan molestias físicas que complican el disfrute. Uno de los cambios más frecuentes es la sequedad vaginal, ya que la mucosa se vuelve más fina y menos elástica, lo que puede causar irritación o dolor durante el sexo. También puede haber una disminución del deseo, influenciada no solo por las hormonas, sino también por el estrés, la fatiga o la forma en que cada mujer vive esta etapa. Algunas sienten que su cuerpo ha cambiado y eso afecta su autoestima y confianza en la intimidad.

Otra dificultad es la reducción de la sensibilidad, ya que el flujo sanguíneo en la zona íntima puede disminuir, afectando la excitación y la intensidad del placer. También entran en juego factores emocionales y relacionales: la forma en que la pareja reacciona a estos cambios y la comunicación entre ambos pueden marcar una gran diferencia en cómo se vive la sexualidad en esta etapa.

Afortunadamente, hay muchas formas de seguir disfrutando del sexo. Lubricantes y humectantes vaginales pueden hacer que las relaciones sean más cómodas. La comunicación con la pareja es clave para explorar nuevas maneras de conectar y disfrutar. Y si los síntomas afectan demasiado, existen opciones médicas y terapias que pueden ayudar.

La menopausia no apaga el deseo, solo invita a redescubrir el placer desde una nueva perspectiva.

A MODO RESUMEN…

La menopausia es un proceso natural que trae consigo muchos cambios, pero también una oportunidad para redescubrirte. Aunque síntomas como el cansancio, los dolores o las alteraciones en el peso pueden resultar complejos, existen muchas formas de sobrellevarlos y mejorar tu bienestar. Adaptar tu estilo de vida, mantener una alimentación equilibrada y, sobre todo, incorporar el ejercicio de forma regular puede marcar la diferencia.

La actividad física no solo ayuda a controlar el peso, sino que también fortalece los huesos, reduce los dolores articulares, mejora el estado de ánimo y potencia la energía. Ya sea hacer pilates o ejercicios de fuerza, lo importante es moverte y encontrar una rutina que disfrutes. Y en este aspecto, nosotros podemos ayudarte. Nuestro plan básico online incluye 4 entrenamientos semanales de una duración entre 25 y 35 minutos. Y en todo momento estarás respaldada por una de nuestras entrenadoras expertas en menopausia.

La menopausia no es el final de nada, sino el inicio de una etapa en la que, con los cuidados adecuados, puedes sentirte fuerte, saludable y seguir disfrutando de tu vida con plenitud.

Fuentes: Reproducción Asistida ORG

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